martes, 27 de octubre de 2009

chutney de mango o te mango el chutney

No tengo fotos. Tengo la casa impregnada de un olor a vinagre no muy agradable. Pero por primera vez he cocinado Chutney y a pesar de los contratiempos que contaré más adelante, podemos disfrutar en Casa Greñúa de una salsa que crea adicción.

El Chutney es básicamente una confitura de fruta o verdura hecha con vinagre y azucar, y varias especias. Saqué la receta de un libro que anda por casa, un poco anticuado pero con muy buenos consejos para cocinar con frutas. Aunque al principio me arrepentí mogollón por el olor a vinagre que deja en el hogar, al probarla no pudimos menos que alegrarnos lo más grande. Aunque le falta un ingrediente que luego contaré...

Ingredientes:
- dos o tres mangos (500gr de carne)
- un puñado de uvas pasas
- una guindilla
- dos ajos
- jengibre (el tamaño de un dedo gordo de persona normal)
- un vaso de vinagre
- un vaso de azucar morena (o blanca si no teneis)
- pimienta cayena
- pimentón


Elaboración:
Se pelan los mangos y se separa la carne del hueso. Esta pulpa se pone a cocer en una olla con bastante agua junto con las pasas. Después de 10 minutos retiramos del fuego y escurrimos con un colador.

En un mortero machacamos dos dientes de ajo pelados con el jengibre -pelado también- hasta que formen una pasta color carne, carne blancuzca de la que no ha tomado el sol en mucho tiempo. Después se añade la guindilla y se machaca también. A continuación se echa una c.c. (cucharadita de café) de pimentón y otra de pimienta cayena. Se añaden cuatro c.s. (curacharadas de sopa) de vinagre y se deja reposar 10 minutos.

La guindilla es un temazo. Yo elegí una tan picante que después de cortarla, olvidando lavarme las manos, apoyé inocentemente los dedos en la boca y noté el fuego de las calderas del infierno en mi perímetro bucal durante más de un cuarto de hora. Como si de una quemadura se tratase me apliqué un poco de aceite de oliva y maldije a la guindilla asesina, que por cierto llevaba más de seis meses dando vueltas por la nevera. Tanto me acojoné que tiré al cubo este aliño y comencé de nuevo con otro, esta vez sin tan picante ingrediente. Pero hay que ponerle guindilla, una menos picante.

Después de estos reposos se echa en una olla la pulpa del mango, las pasas, el vaso de azucar, el vaso de vinagre y el aliño spicy. Se pone a cocer a fuego medio durante 40 minutos o algo más, hasta que se evapore la mayor parte del líquido. Evidentemente cuando aquello empieza a evaporar el vinagre impregna toda la cocina y si tu cocina no tiene puertas, como la mía, pues todo lo que hay alrededor porque el estado gaseoso no entiende de fronteras.

Una vez hervido se deja enfriar, se mete en un bote y se guarda en la nevera. Es una salsa ideal para acompañar carnes y ya he dicho antes que crea adicción. La mía no ha salido muy picante, pero todo lo demás lo tiene muy rico. Ayer acompañó a una hamburguesa del Pibe casera de la que algún día hablaré por estos lugares.

2 comentarios:

Neikos dijo...

Coño Rotulator! Me ha encantado! Esta la dejo en la recámara para hacerla un día, porque el chutney que yo gasto suele ser ya preparado... y claro, no es lo mismo.

Lo de la guindilla tiene su aquel. A mí me ha pasado con un ojo, pero me sé de otro (que no, no fui yo), que después de cortar una se fue a mear. Y claro, por no hacer lo de Torrente -lavarse las manos antes- sintió las calderas del infierno en otros benditos lugares. El truco consiste en a) no tocarsey b) lavarse las manos como si fuese ajo, es decir, sin frotarse los dedos.

Ah, y al final las guindillas asustan más que pican!

elena dijo...

ya sabía yo dos cosas...
... que te iba a encantar la receta
... que conocías otra anécdota más salvaje en relación al contacto de guindilla con partes del cuerpo humano

prueba a hacerlo, no te defraudará. además tú les tienes menos miedo a las guindillas que yo.