Qué he hecho yo para cocinar esto
jueves, 24 de noviembre de 2011
Yin Yang de peras al vino tinto
¡Qué ganas tenía!
Siempre he sido de quienes creen que no hay comida buena, sin postre rico. Así que es fácil imaginar las ganas que tenía de empezar con alguna receta de las dulzonas.
El postre elegido es un clásico y en mi caso es una evolución de las ricas, que digo ricas, riquísimas peras al vino con crema pastelera y cobertura de chocolate que preparaba mi tía para Navidad y por las que puedo asegurar que siempre había tortas -y no de las dulces ;) -
Ingredientes:
Peras, para mí las mejores para este postre, las blanquillas o conference ("la fea"). Mejor maduras pero firmes, que aguanten la cocción. Lo habitual es una por comensal, para esta presentación, con media pera por ración será suficiente.
Vino tinto. ¿De qué tipo? Hay quien dice, que la mejor sangría es la que se hace con un buen vino. Lo dejo a vuestro criterio. Yo diría un término medio, entre 3€ y 5€, franja que alberga vinos muy dignos para cocinar, que al fin y al cabo habrá que añadirle el azúcar y sus especias. Para 4 peras, un poco menos de una botella de 750ml.
Azúcar.Yo suelo añadir una cucharada sopera por pera, que vendrían a ser unos 100g para 4 peras.
Zumo de un limón, para 4 peras.
Piel de 1 limón, y de 1 naranja.
Especias. En esto también suele haber infinidad de desavenencias, con lo que, lo mejor es hacerlo al gusto. Yo os diría que fijas han de ser 1/2 rama de canela y unos granos de clavo. En Alemania recuerdo una amiga a la que le enseñé la receta y luego ella la varió con cardamomo y anís. Mi tía le añadía vainilla o azúcar vainillado, según tuviera. Lo dicho, al gusto.
Crema pastelera no muy espesa. Sustituíble por unas natillas no muy líquidas, o una crema inglesa. Para la presentación.
Elaboración:
Se hace un poco de almíbar con el azúcar y un poco de agua, al que cuando arranca a hervir le añadimos el zumo de limón. Se añade entonces las pieles de naranja y limón y las especias, canela y clavo, en mi caso.
Después de un par de vueltas, se añade el vino y las peras, que habremos pelado: es mejor dejarlas con el pedículo (el rabito) para la cocción.
Las tapamos y se dejan a fuego medio/bajo como unos 25-30 minutos. El truco es pincharlas como los pasteles para ver si están cocidas -tiene que entrar suavemente hasta el corazón del fruto- Una aguja fina de hacer punto o una brocheta van genial para probar el punto de cocción sin quemarnos.
Una vez están cocidas, retiramos las peras y dejamos reducir el vino y sus condimentos hasta la mitad, lo que vendría a ser como otros 10-15 minutos. Una vez listo, colamos el jarabe de vinito resultante.
Lo mejor: hacer el postre el día de antes y dejarlo reposar las peras con el jarabe.
Presentación:
Cortamos las peras por la mitad y presentamos sobre el plato. A un lado el jarabe de vino resultante y al otro un poco de la crema elegida. Y lo mejor de todo son las combinaciones de la pera y las cremas en distintas temperaturas, consiguiendo semifreddos espectaculares.
En nuestro caso, decoramos con unas semillas de sésamo tostaditas.
Mahlzeit!!!
sábado, 22 de octubre de 2011
miércoles, 19 de octubre de 2011
viernes, 18 de marzo de 2011
domingo, 21 de febrero de 2010
lunes, 25 de enero de 2010
falso risotto de quinoa
Se prepara en un momento. Está riquísimo y por fin me he puesto a cocinar -cibernéticamente hablando- una auténtica receta con quinoa. La idea me la dio HEMC, blog de cocina donde cada mes se propone un ingrediente y quien quiera participar puede proponer una receta cocinada con ese ingrediente. De ahí he sacado muchas ideas para la quinoa.
La receta original es Falso Risotto de Quinoa con Setas Shii-take, del blog ¿Y hoy qué comemos?. La autora dice que le gusta más este risotto que el de arroz. Después de probarlo tengo que decir que no exagera para nada y que es una comida riquísima y muy nutritiva.
La quinoa es rica en hidratos de carbono y sobre todo en proteínas de alta calidad, minerales (hierro, calcio, fósforo y magnesio) y vitaminas (C, E, B1, B2 y niacina). Aporta mucha fibra y no contiene gluten por lo que es apta para celiacos. Esta información la he sacado de la página de Consumer.
Ingredientes...
- quinoa (dos puñados por persona)
- caldo de verduras (dos partes y media por cada parte de quinoa)
- setas Shii-take
- aceite
- mantequilla
- cebolla
- vino blanco
- chorrito de nata
- queso parmesano rallado
- perejil
Elaboración...
Primero se lava la quinoa en abundante agua fría, para eliminar la saponina. Ésta es una sustancia amarga que recubre las semillas y la protege del ataque de insectos y parásitos. Es por ello que la quinoa suele ser muy poco tratado con fertilizantes ya que ella misma se protege muy bien de los "agentes externos".
En una cazuela ponemos un poco de aceite y mantequilla y pochamos una cebolla picada finita. Después añadimos las setas troceadas y en dos minutos la quinoa removiendo bien para que se mezclen los ingredientes. Añadimos un vaso de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. A continuación echamos el primer cucharón de caldo. En mi caso eché un chorro de agua hirviendo y una cucharada de concentrado de caldo. Vamos añadiendo agua (o caldo) conforme se va consumiendo, hasta que la quinoa está bien cocida, más o menos 15 minutos. Retiramos del fuego y añadimos un chorrito de nata (no mucho) y queso parmesano rallado -al gusto- removiendo bien. Servimos con perejil fresco picado, si tenemos, y si no pues del seco también va bien.
viernes, 13 de noviembre de 2009
cara de acelga
Comprarle acelgas a Rodri es llevarte a casa un macetón de hojas verdes, sabrosas y enormes que llega a ser un problema para una cocina reducida. En el frigo no caben y puestas en plan florero no me dejan sitio para nada. Así que hay que cocinarlas y congelarlas. Por lo menos me ha servido para descubrir recetas muy riquis que nunca sospeché que le podían dar tantos matices a esta denostada verdura. José Sacristán nos quitó las ganas de comer acelgas y ahora que llega el tiempo os dejo un par recetillas para que veais las posibilidades que tienen.
PURÉ DE ACELGAS
Rico puré de patatas con acelgas con un toque especial.
Ingredientes
- 1/2 kg de patatas
- 400 gr de acelgas
- 2 dientes de ajo
- 100 gr de gruyere rallado
- 50 gr de mantequilla
- chorrito de nata para cocinar
- nuez moscada
Elaboración
Poner en una cacerola las acelgas lavadas y cortadas en trozos, las patatas igual y llenar de agua hasta un dedo por encima de las patatas. Llevar a ebullición y dejar cocer 20 minutos. Cuando esté cocido se echa en un escurridor y se deja que escurra el agua (como su propio nombre indica).
En la misma cacerola ponemos la mantequilla y freimos los ajos cortados en láminas. Antes de que empiecen a dorarse se añade la nata y dos vueltas de cuchara después el queso gruyere. Se hace con el fuego bajo para que no se quemen ni los ajos ni la mantequilla. Cuando se derrite el queso se echan las patatas y las acelgas. Se añade sal y nuez moscada al gusto. A continuación se mezcla bien. Si tenemos un mash potatoes es lo mejor, para dejarlo puré puré. Si nos gusta encontrarnos los trozos de patata y acelga más enteros, lo rompemos con la cuchara de madera. Retiramos del fuego y listo para acompañar una carne o pastel de verduras.
GRATINADO DE ACELGAS SUPER RÁPIDO
Para cocineros estresados con poco tiempo entre semana.
Ingredientes
- 1 kg de acelgas
- queso rallado (el que más nos guste)
- perejil picado
- una yema de huevo
- nata para cocinar
- nuez moscada
Elaboración
Cocer las acelgas en agua hirviendo unos 20 minutos y después escurrir. En una fuente de horno engrasada (con mantequilla o aceite) poner una capa de acelgas y condimentar con sal, pimienta y nuez moscada rallada. Echar un poco de queso rallado y perejil. Hacer varias capas de éstas. Batir la yema con un poco de nata y echar por encima. Poner una última cápa de pan rallado y gratinar en el horno unos 15 minutos. Listo, listo.
PURÉ DE ACELGAS
Rico puré de patatas con acelgas con un toque especial.
Ingredientes
- 1/2 kg de patatas
- 400 gr de acelgas
- 2 dientes de ajo
- 100 gr de gruyere rallado
- 50 gr de mantequilla
- chorrito de nata para cocinar
- nuez moscada
Elaboración
Poner en una cacerola las acelgas lavadas y cortadas en trozos, las patatas igual y llenar de agua hasta un dedo por encima de las patatas. Llevar a ebullición y dejar cocer 20 minutos. Cuando esté cocido se echa en un escurridor y se deja que escurra el agua (como su propio nombre indica).
En la misma cacerola ponemos la mantequilla y freimos los ajos cortados en láminas. Antes de que empiecen a dorarse se añade la nata y dos vueltas de cuchara después el queso gruyere. Se hace con el fuego bajo para que no se quemen ni los ajos ni la mantequilla. Cuando se derrite el queso se echan las patatas y las acelgas. Se añade sal y nuez moscada al gusto. A continuación se mezcla bien. Si tenemos un mash potatoes es lo mejor, para dejarlo puré puré. Si nos gusta encontrarnos los trozos de patata y acelga más enteros, lo rompemos con la cuchara de madera. Retiramos del fuego y listo para acompañar una carne o pastel de verduras.
GRATINADO DE ACELGAS SUPER RÁPIDO
Para cocineros estresados con poco tiempo entre semana.
Ingredientes
- 1 kg de acelgas
- queso rallado (el que más nos guste)
- perejil picado
- una yema de huevo
- nata para cocinar
- nuez moscada
Elaboración
Cocer las acelgas en agua hirviendo unos 20 minutos y después escurrir. En una fuente de horno engrasada (con mantequilla o aceite) poner una capa de acelgas y condimentar con sal, pimienta y nuez moscada rallada. Echar un poco de queso rallado y perejil. Hacer varias capas de éstas. Batir la yema con un poco de nata y echar por encima. Poner una última cápa de pan rallado y gratinar en el horno unos 15 minutos. Listo, listo.
jueves, 5 de noviembre de 2009
pimientos de la muerte en su propia sangre
Hoy ya hace una semana y ya no pasa nada. Sí. Pero el fin de semana pasado era final de octubre y su correspondiente día de todos los santos o halloween (a mí que, como a mis compañeros de blog no soy nada nacionalista, estas cosas me dan un poco igual). Como teníamos ganas de ver los últimos días de otoño y las últimas hojas de los árboles (qué bonito) decidimos que nos íbamos a ir a pasear por las highlands y por el que debe ser el único bosque que respetaron cuando llegó la revolución industrial. Porque sí, escocia es muy verde, pero árboles más bien poquitos.
El viaje estuvo muy bien, con lluvia de domingo de esa que corta trenes y autovías... como una gota fría cualquiera, pero poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Lo bueno fue el sábado, que antes de salir de casa nos bajamos un mapa a todo correr buscado con el google y dijimos, ajá, caminata circular ajá. Dejamos el coche en este pueblo, ajá, caminamos y en dos horitas -tres y media haciendo fotos- volvemos a ese maravilloso pub a tomarnos unas buenas pintas a temperatura ambiente y quien sabe si un buen cottage pie o similar. Claro, al final se nos hizo tarde y, lo que parecía que iba a ser un paseo tranquilo estuvo a punto de convertirse en tragedia griega: en mitad del camino nos encontramos un lago que no aparecía en nuestro mapa... lo que indicaba que estábamos, como quien dice, a tomar por culo de cualquier lugar conocido.
Lo que son las cosas, uno empieza a caminar y va despacito. Luego, ves que te queda hora y media de sol, que llega la noche de halloween, y parece que te hayan metido un petardo en el culo. Ahí nos veíais a los dos corriendo colina arriba sin saber muy bien hacia donde íbamos, con el sudor frío al que uno nunca se acostumbra del todo tras las aventuras en sus viajes. Al final, no os asustéis, encontramos una carretera, lo que significaba que sí, que estábamos en chichinabo road. Yo, que iba todo contento con mis palos nuevos para caminar decía: tú tranqui, que como vamos de caminantes seguro que nos para un coche. Pues no señor, ya podian pasar recios escoceses en potentes 4x4 que ahí no paraba a dos humildes autoestopistas ni de coña. Al final dos confiados conductores pararon para ver las vistas, y la Fotógrafa, muy rápida ella, saltó rauda y veloz a ponerles cara de pena. Luego hicimos un poco de número con mucho llevarse las manos a la cabeza y mucho tirarse de los pelos cuando mirábamos su mapa, que al final se apiadaron, dieron media vuelta, y nos llevaron hasta el coche. La Fotógrafa, que como ya he dicho es muy rápida, decía que aunque fuesen mayores eran recién novios, y el tío quería impresionar a su compañera haciéndole ver que era muy majete.
Y esto, a qué viene, os preguntaréis. Pues que antes de empezar a caminar a lo loco, nos comimos unos sandwichs home made que harían las delicias de más de una y más de dos. Y es que otro día hablaré del arte del buen bocata, otro de esos asuntos pendientes, pero hoy os voy a hablar del protagonista de ese día, y que no era otro que el resto de la cena anterior: (terribles) pimientos del piquillo rellenos de morcilla de Burgos. Señoras y señores: gloria para los sentidos a la par que para el michelín. Y que se rían los elfos con sus lembas, yo me quedo con esto dondevaaparar!
Ingredientes:
La receta es tan fácil y sencilla como que practicamente solo necesitamos pimientos y morcilla. La Fotógrafa no paraba de decirme que esa morcilla estaba rica así sin más y que esos pimientos estaban ricos. Así sin más; lo único que le hizo cambiar de opinión fue probarlos. Ahí queda eso!
- Una lata o bote de pimientos del piquillo de buena calidad. Debo decir que los que yo utilicé venían directamente de la casa de Arguider. Asados en casa y todo eso!
- Una morcilla de Burgos.
- Un par de cebollas.
- Un bote de nata para cocinar.
Elaboración:
Una de las cebollas va a la sartén bien picadita con su buen chorro de aceite de oliva virgen extra. En cuanto empiezó a ponerse transparente le pusimos la morcilla: abrimos la tripa y, desehecha, a la sartén junto con alguna hierba rica (una rama de romero, tomillo, etc.). Una vez que esté en su punto justo intentamos quitarle la grasa que le sobre. A mí no es que me incordie pero hará que sean algo menos pesados. Además tengo ganas de probar algo como lo que hizo un vecino con un tofu y grasa de pato y que me impactó por la buena idea. Ya veremos.
Vale, hemos quitado un poco de grasa, pero que nadie se preocupe, todavía en el fuego le añadimos un tercio de la nata, medio minuto, y dejamos que se enfríe. Cuando podamos tocar con los dedetes esta gloria divina que hemos preparado empezamos a rellenar los pimientos. Con calma y llenándolos lo que ellos se dejen. Si algún pimiento se rompe no lo tireis, lo apartais que nos servirá para preparar la salsa: la parte final de la receta es hacer una salsa que baje la intensidad de la morcilla. Para eso freímos la otra cebolla picada junto con unos tres pimientos del piquillo también picados (por eso no importa si se rompieron algunos), le ponemos un vaso de vino blanco y dejamos que se reduzca a la mitad. Lo pasamos a un baso de batidora y batimos junto con los otros 2/3 de la nata. Es por esto por lo que los pimientos tienen que ser buenos, porque la morcilla tiene un sabor muy potente, y los pimientos van a tener que luchar contra eso para hacerse notar.
Y ale, ponemos los pimientos en una bandeja, la salsa por encima, y de ahí al horno. Media hora o así hasta que estén en su punto, ya lo veréis. Y nada, ahora a comer! Se recomienda que no sea un plato principal, porque en la cena nos comimos uno por barba y era de impresión... menos mal que había lasaña, pero eso, es otra historia. Que aproveche!
El viaje estuvo muy bien, con lluvia de domingo de esa que corta trenes y autovías... como una gota fría cualquiera, pero poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Lo bueno fue el sábado, que antes de salir de casa nos bajamos un mapa a todo correr buscado con el google y dijimos, ajá, caminata circular ajá. Dejamos el coche en este pueblo, ajá, caminamos y en dos horitas -tres y media haciendo fotos- volvemos a ese maravilloso pub a tomarnos unas buenas pintas a temperatura ambiente y quien sabe si un buen cottage pie o similar. Claro, al final se nos hizo tarde y, lo que parecía que iba a ser un paseo tranquilo estuvo a punto de convertirse en tragedia griega: en mitad del camino nos encontramos un lago que no aparecía en nuestro mapa... lo que indicaba que estábamos, como quien dice, a tomar por culo de cualquier lugar conocido.
Lo que son las cosas, uno empieza a caminar y va despacito. Luego, ves que te queda hora y media de sol, que llega la noche de halloween, y parece que te hayan metido un petardo en el culo. Ahí nos veíais a los dos corriendo colina arriba sin saber muy bien hacia donde íbamos, con el sudor frío al que uno nunca se acostumbra del todo tras las aventuras en sus viajes. Al final, no os asustéis, encontramos una carretera, lo que significaba que sí, que estábamos en chichinabo road. Yo, que iba todo contento con mis palos nuevos para caminar decía: tú tranqui, que como vamos de caminantes seguro que nos para un coche. Pues no señor, ya podian pasar recios escoceses en potentes 4x4 que ahí no paraba a dos humildes autoestopistas ni de coña. Al final dos confiados conductores pararon para ver las vistas, y la Fotógrafa, muy rápida ella, saltó rauda y veloz a ponerles cara de pena. Luego hicimos un poco de número con mucho llevarse las manos a la cabeza y mucho tirarse de los pelos cuando mirábamos su mapa, que al final se apiadaron, dieron media vuelta, y nos llevaron hasta el coche. La Fotógrafa, que como ya he dicho es muy rápida, decía que aunque fuesen mayores eran recién novios, y el tío quería impresionar a su compañera haciéndole ver que era muy majete.
Y esto, a qué viene, os preguntaréis. Pues que antes de empezar a caminar a lo loco, nos comimos unos sandwichs home made que harían las delicias de más de una y más de dos. Y es que otro día hablaré del arte del buen bocata, otro de esos asuntos pendientes, pero hoy os voy a hablar del protagonista de ese día, y que no era otro que el resto de la cena anterior: (terribles) pimientos del piquillo rellenos de morcilla de Burgos. Señoras y señores: gloria para los sentidos a la par que para el michelín. Y que se rían los elfos con sus lembas, yo me quedo con esto dondevaaparar!
Ingredientes:
La receta es tan fácil y sencilla como que practicamente solo necesitamos pimientos y morcilla. La Fotógrafa no paraba de decirme que esa morcilla estaba rica así sin más y que esos pimientos estaban ricos. Así sin más; lo único que le hizo cambiar de opinión fue probarlos. Ahí queda eso!
- Una lata o bote de pimientos del piquillo de buena calidad. Debo decir que los que yo utilicé venían directamente de la casa de Arguider. Asados en casa y todo eso!
- Una morcilla de Burgos.
- Un par de cebollas.
- Un bote de nata para cocinar.
Elaboración:
Una de las cebollas va a la sartén bien picadita con su buen chorro de aceite de oliva virgen extra. En cuanto empiezó a ponerse transparente le pusimos la morcilla: abrimos la tripa y, desehecha, a la sartén junto con alguna hierba rica (una rama de romero, tomillo, etc.). Una vez que esté en su punto justo intentamos quitarle la grasa que le sobre. A mí no es que me incordie pero hará que sean algo menos pesados. Además tengo ganas de probar algo como lo que hizo un vecino con un tofu y grasa de pato y que me impactó por la buena idea. Ya veremos.
Vale, hemos quitado un poco de grasa, pero que nadie se preocupe, todavía en el fuego le añadimos un tercio de la nata, medio minuto, y dejamos que se enfríe. Cuando podamos tocar con los dedetes esta gloria divina que hemos preparado empezamos a rellenar los pimientos. Con calma y llenándolos lo que ellos se dejen. Si algún pimiento se rompe no lo tireis, lo apartais que nos servirá para preparar la salsa: la parte final de la receta es hacer una salsa que baje la intensidad de la morcilla. Para eso freímos la otra cebolla picada junto con unos tres pimientos del piquillo también picados (por eso no importa si se rompieron algunos), le ponemos un vaso de vino blanco y dejamos que se reduzca a la mitad. Lo pasamos a un baso de batidora y batimos junto con los otros 2/3 de la nata. Es por esto por lo que los pimientos tienen que ser buenos, porque la morcilla tiene un sabor muy potente, y los pimientos van a tener que luchar contra eso para hacerse notar.
Y ale, ponemos los pimientos en una bandeja, la salsa por encima, y de ahí al horno. Media hora o así hasta que estén en su punto, ya lo veréis. Y nada, ahora a comer! Se recomienda que no sea un plato principal, porque en la cena nos comimos uno por barba y era de impresión... menos mal que había lasaña, pero eso, es otra historia. Que aproveche!
viernes, 30 de octubre de 2009
sopa de lentejas y arroz integral con hinojos
Ayer le metí mano por primera vez a un hinojo y la verdad es que me cautivó. Siempre he escuchado hablar maravillas del potaje de hinojos de Granada pero nunca lo había probado, pues en mi pueblo no se estila mucho. Las vueltas que me hace dar internet en las horas libres que me dejan las actividades extraescolares y oficiales dieron con mis huesos, o mejor dicho con mis ojos, en un sitio australiano de cocina vegetariana. La Jirafa Gourmet Verde está en los enlaces y es un blog todo pintado de verde y que me gusta leer frecuentemente. Tiene muchas recetas de sopas y potajes, que me encantan, aunque todo en inglés. Pero bueno, aquí somos todos angloparlantes, no?
La receta está en el blog pero la incluyo aquí porque, está traducida, he metido alguna variante y sobre todo porque he utilizado la olla express (esa gran olvidada) y me sale una comida consistente en media hora.
Ingredientes:
- una cebolla mediana
- medio bulbo de hinojo (no me atreví a echarlo entero, porque era grande)
- una zanahoria
- dos ramas de apio
- 2 c.s. de puré de patatas (también valen los polvos del puré de bolsa) – opcional
- dos ajos
- 1 c.s. de semillas de hinojo
- 4 puñados de arroz integral
- 4 puñados de lentejas remojadas y escurridas
- 1.5l de caldo de verduras o una cucharada de esto
- 2 pellizcos de perejil picado
- queso ricota
- queso parmesano
Elaboración:
Se pica toda la verdura, cebolla, hinojo, zanahoria, apio y ajos y se pone a sofreir en un poco de aceite junto con las semillas de hinojo dentro de la olla express. A los 10 minutos echamos el laurel, el arroz, las lentejas y removemos dos minutos. A continuación se añade el puré (o patata en polvo) y el caldo de verduras (o litro y medio de agua y los polvos mágicos). Se tapa la olla y se deja hirviendo 20 minutos desde que el pitorrillo empieza a dar vueltas. Quitamos del fuego dejamos que salga el vapor con cuidado y podemos abrir. Se echa el queso ricota y se remueve bien. Se sirve con un poco de perejil picado y queso rallado parmesano. Está riquísimo.
Yo no tenía las lentejas en agua así que quedaron un poco duras. También dicen que es bueno poner el arroz integral en remojo pero tampoco lo pude hacer. Éste sí quedó bien hecho. El hinojo favorece la digestión y ayuda a expulsar los gases. Así que ya sabéis niños, si pilláis un empacho de fabada, lo mejor en comerse un potaje de hinojo después.
La receta está en el blog pero la incluyo aquí porque, está traducida, he metido alguna variante y sobre todo porque he utilizado la olla express (esa gran olvidada) y me sale una comida consistente en media hora.
Ingredientes:
- una cebolla mediana
- medio bulbo de hinojo (no me atreví a echarlo entero, porque era grande)
- una zanahoria
- dos ramas de apio
- 2 c.s. de puré de patatas (también valen los polvos del puré de bolsa) – opcional
- dos ajos
- 1 c.s. de semillas de hinojo
- 4 puñados de arroz integral
- 4 puñados de lentejas remojadas y escurridas
- 1.5l de caldo de verduras o una cucharada de esto
- 2 pellizcos de perejil picado
- queso ricota
- queso parmesano
Elaboración:
Se pica toda la verdura, cebolla, hinojo, zanahoria, apio y ajos y se pone a sofreir en un poco de aceite junto con las semillas de hinojo dentro de la olla express. A los 10 minutos echamos el laurel, el arroz, las lentejas y removemos dos minutos. A continuación se añade el puré (o patata en polvo) y el caldo de verduras (o litro y medio de agua y los polvos mágicos). Se tapa la olla y se deja hirviendo 20 minutos desde que el pitorrillo empieza a dar vueltas. Quitamos del fuego dejamos que salga el vapor con cuidado y podemos abrir. Se echa el queso ricota y se remueve bien. Se sirve con un poco de perejil picado y queso rallado parmesano. Está riquísimo.
Yo no tenía las lentejas en agua así que quedaron un poco duras. También dicen que es bueno poner el arroz integral en remojo pero tampoco lo pude hacer. Éste sí quedó bien hecho. El hinojo favorece la digestión y ayuda a expulsar los gases. Así que ya sabéis niños, si pilláis un empacho de fabada, lo mejor en comerse un potaje de hinojo después.
miércoles, 28 de octubre de 2009
tempura sin amargura
La cocina se queda hecha unos zorros pero merece la pena por el resultado. Aunque hay que calcular el tiempo que te vas a pasar en el campo de tiro del aceite y tener paciencia para ir echando las verduras poco a poco. Esta receta va dedicada para Marisleysis que le encanta pedir tempura allá donde vaya, a ver si se anima y comenta algún truqui. Otros asiduos a este blog también la cocinan pero con un preparado del Metadona cuyos resultados no tienen nada que envidiar a mi experimento de ayer. No daré nombres...
Ingredientes:
- Verduras (zanahoria, cebolla, pimiento, calabacín, berenjena, calabaza) –esto es lo que había por el frigo pero se puede innovar-
- Aceite de girasol
para la salsa...
- 4 c.s. de salsa de soja
- 4 c.s. de mirin
- 150 ml. de agua
- un pellizco de copos de bonito –lo que te cabe entre dos dedos, que no sean de los pies-
para la tempura...
- 100 gr de harina tamizada –si puede ser de arroz mejor, si no de trigo va bien-
- 150 ml de agua helada
- 1 huevo
Elaboración:
El truco para que la tempura salga buena es que la masa esté muy fría y que se prepare justo antes de freír. Lo mejor es hacer la salsa, preparar la verdura y por último hacer la masa para ponerse a freir inmediatamente después.
En un cazo se echa el mirin y se deja hervir unos 3 minutos, para que evapore un poco de alcohol. El mirin es un vino de arroz que se utiliza mucho en la cocina asiática. Si no tenemos nos podemos apañar sólo con salsa de soja pero me parecía más exótica esta presentación. Después añadimos la soja, el agua y los copos de bonito. Dejamos 5 minutos más y retiramos del fuego. Pasamos por un colador y reservamos.
Se corta la verdura, en la medida de lo posible, en forma de bastones largos. El calabacín se puede cortar en forma elipsoidal y la cebolla en aros o gajos. En un sartén tipo wok o algo parecido, si no tenemos, echamos bastante aceite de girasol y lo ponemos a calentar. El aceite dicen que tiene que estar a unos 170ºC pero yo no sabía medirlo. Lo hice a ojo, ni templado, ni muy caliente.
Para preparar la masa de la tempura se utiliza agua helada así que lo mejor es echarle cubitos y esperar un poco a que se enfríe bien. En un cuenco se echa el huevo (sin cáscara) y el agua, y se remueve un poco –es mejor no batirlo- para que se mezclen. Después hay que añadir la harina tamizada. Tamizada quiere decir que antes la pasamos por un tamiz o colador para que esté bien fina. Se vuelve a remover con una cuchara de madera y rápidamente empezamos a freír. No importan los grumos. Se va echando la verdura por tandas más bien escasas para que el aceite no se enfríe demasiado. Tiene que estar fuerte para que forme una capa crujiente, si se enfría se quedará una cosa blandurria. Total, que vamos friendo la verdura durante dos minutos más o menos y la sacamos sobre una rejilla para que escurra el aceite sobrante. Cuando terminamos lo servimos con un cuenco de salsa para cada comensal y unos palillos para que los puedan mojar.
Opcional:
Si nos sobra masa y tenemos un poco de salmón, podemos cortarlo en tacos, enharinarlo con una mezcla de harina y curry, pasarlo por la masa, y freir menos de un minuto. Queda delicioso y acompaña a la verdura de maravilla.
Ingredientes:
- Verduras (zanahoria, cebolla, pimiento, calabacín, berenjena, calabaza) –esto es lo que había por el frigo pero se puede innovar-
- Aceite de girasol
para la salsa...
- 4 c.s. de salsa de soja
- 4 c.s. de mirin
- 150 ml. de agua
- un pellizco de copos de bonito –lo que te cabe entre dos dedos, que no sean de los pies-
para la tempura...
- 100 gr de harina tamizada –si puede ser de arroz mejor, si no de trigo va bien-
- 150 ml de agua helada
- 1 huevo
Elaboración:
El truco para que la tempura salga buena es que la masa esté muy fría y que se prepare justo antes de freír. Lo mejor es hacer la salsa, preparar la verdura y por último hacer la masa para ponerse a freir inmediatamente después.
En un cazo se echa el mirin y se deja hervir unos 3 minutos, para que evapore un poco de alcohol. El mirin es un vino de arroz que se utiliza mucho en la cocina asiática. Si no tenemos nos podemos apañar sólo con salsa de soja pero me parecía más exótica esta presentación. Después añadimos la soja, el agua y los copos de bonito. Dejamos 5 minutos más y retiramos del fuego. Pasamos por un colador y reservamos.
Se corta la verdura, en la medida de lo posible, en forma de bastones largos. El calabacín se puede cortar en forma elipsoidal y la cebolla en aros o gajos. En un sartén tipo wok o algo parecido, si no tenemos, echamos bastante aceite de girasol y lo ponemos a calentar. El aceite dicen que tiene que estar a unos 170ºC pero yo no sabía medirlo. Lo hice a ojo, ni templado, ni muy caliente.
Para preparar la masa de la tempura se utiliza agua helada así que lo mejor es echarle cubitos y esperar un poco a que se enfríe bien. En un cuenco se echa el huevo (sin cáscara) y el agua, y se remueve un poco –es mejor no batirlo- para que se mezclen. Después hay que añadir la harina tamizada. Tamizada quiere decir que antes la pasamos por un tamiz o colador para que esté bien fina. Se vuelve a remover con una cuchara de madera y rápidamente empezamos a freír. No importan los grumos. Se va echando la verdura por tandas más bien escasas para que el aceite no se enfríe demasiado. Tiene que estar fuerte para que forme una capa crujiente, si se enfría se quedará una cosa blandurria. Total, que vamos friendo la verdura durante dos minutos más o menos y la sacamos sobre una rejilla para que escurra el aceite sobrante. Cuando terminamos lo servimos con un cuenco de salsa para cada comensal y unos palillos para que los puedan mojar.
Opcional:
Si nos sobra masa y tenemos un poco de salmón, podemos cortarlo en tacos, enharinarlo con una mezcla de harina y curry, pasarlo por la masa, y freir menos de un minuto. Queda delicioso y acompaña a la verdura de maravilla.
martes, 27 de octubre de 2009
El pollo y el Korma: mira como curry!
El otro día tenía que bajar yo a Granada a recargar las pilas solares, porque esto de vivir tan al norte se siente. El caso es que se fue el caimán, se me fue la olla y se fue mi avión. Porque ya les contaba yo a quienes me esperaban con los brazos abiertos que no hay nada como ir a imprimir una tarjeta de embarque con la más amplia de tus sonrisas y que el señor ryanair te diga que no, que no hay ningún vuelo con esas características. Y que cuando empiezas a pensar, oh, vaya, la página no funciona bien, te das cuenta de que había un vuelo exactamente igual al que ibas a coger pero que, diantres, no era en miércoles sino en martes. Y a qué día de la semana estábamos? Y yo por qué me saqué un vuelo un martes y apunté un miércoles (o mejor dicho, no apunté nada)?
En esos momentos no hay nada como esas páginas tan útiles estilo skyscanner que te ayudan a resolver estos entuertos y a buscar combinaciones para llegar hasta Granada. Y de repente se abre el cielo y ves que bueno, que hay una combinación posible pasando por London Luton, bajando desde Edimburgo con easyjet y luego volviendo con Ryanair hasta Málaga. Y de Málaga a Granada no hay más que un lindo paseo. Así que nada, manos a la obra. Sacamos el primer billete, estamos ya en London Luton y vamos a por el siguiente. Ajá. Ryanair, ajá. Londres Luton, ajá, Málaga, ajá. Y mientras se carga la página, pasas la yema de tus dedos por el relieve de los números de tu flagrante tarjeta Maestro mientras mentalmente le das las gracias a quien inventó el plástico, las cuentas corrientes, las tarjetas de crédito, el internet y las maravillas del mundo moderno que te permiten viajar de manera tan sencilla. Este instante de orgasmo tecnológico dura lo que tardas en volver a depositar tus ojos en la pantalla. Sold out? Cómo que sold out si la mierda del skyscanner, recordemos, una de esas páginas tan útiles que te ayudan a resolver entuertos, me acababa de decir que el precio estaba alive? Y vuelves a skyscanner y ves que pone price alive y tú respiras y piensas que quizá antes le diste mal a la tecla. Y ya no pasas la yema de los dedos por los números sino que te empiezas a acordar de la madre de quien inventó el plástico, las cuentas corrientes, las tarjetas de crédito, el internet y el resto de las maravillas del mundo moderno. Y de repente te encuentras en Londres Luton ajá con la legaña puesta en el ojo derecho porque saliste a las 5 de la mañana de tu casa para llegar a ese maravilloso aeropuerto moderno. Que sí, que se llama Londres Luton ajá como se podría llamar Chichinabo Luton ajá, porque no os vayais a pensar que está cerca de Londres sino en mitad de la campiña británica.
En ésas estábamos, buscando como llegar al bar Soria sito en la plaza trinidad, Granada, a tiempo de tomarme unas cañas y unas tapas con las canillas al aire, saboreando esos últimos días del verano y esos olores tan entrañables de esa plaza. En ésas estábamos cuando yo empezaba a añorar mis comidas del otoño, el calor de la familia y vaya rollo que os acabo de copiar. Porque esto no es sino un correo que escribí hace unos días pero que me viene perfecto para presentar la vuelta al cole: en estos meses de vacío rotundo me ha dado tiempo a estudiar y aprender nuevas recetas, todas basadas en la comida escocesa y allegadas. Porque uno dirá que la comida más al norte de Calais no tiene ni pizca de gracia. Y mira por donde que uno descubre que, además del tremendo fish & chips esta gente guardaba en el horno toda una suerte de casseroles, soups, y demás asados y guisos humeantes que harían derrochar saliva por cualquier comisura. Y todo esto sin hablar de los Haggies.
El plato que traemos se considera hoy en día 100% escocés, con sello SNP y todo, aunque venga de lejos. Tan lejos como que es un tipo curry. El curry en España siempre se ha asimilado a un pollo ligeramente amarillo y ligeramente picante. Con mayor o mejor fortuna estará más o menos rico, pero luego un día comes un curry propiamente indio y te das cuenta de que, entre gato y conejo, aun no conoces al segundo. Fijaos que una vez lo preparé y hubo quien dijo que no le gustaban los currys. Con la mejor de mis sonrisas dije que esto no era curry sino cualquierotracosa, y al final, todo el mundo repitió. Vamos pues: pollo korma, un curry muy suave preparado con leche de coco y distintas especias que hará que se chupen los dedos propios y extraños! Y que nadie se asuste, esto es más fácil que unas lentejas! Mira como curry!!
Ingredientes:
- Un par de cebollas, cortadas finas.
- Unas pechugas de pollo en trozos. Unos contramuslos pueden servir, pero hay que quitarle los huesos y la piel.
- Un yogur natural.
- Una lata de leche de coco.
- Unos garbanzos cocidos. O bien los coceis vosotros o bien de bote, pero luego me tiráis el bote para que nadie se dé cuenta. Esto no es muy indio pero ayuda a consumir menos CO2, ya me entendéis.
- Un buen trozo de mantequilla y un buen chorro de aceite de girasol, sin miedo a pasarse, que luego emulsiona y es lo que hace que esté rico. Girasol? oliva? muchas veces la comida asiática dará mejor resultado si apartamos el oliva virgen, porque su sabor no dejará desarrollar los otros. Y bueno, si sois capaces de encontrar ghee, de cualquier tienda china/india/pakistaní, utilizadlo aquí!
- Un buen trozo de jengibre picadito (el dedo gordo de persona normal, que dice Rotulator).
- Una o dos guindillas, sin semillas y cortadas finas. Probad si queréis primero más suave y luego metedle más picante, que engancha.
- Un puñado de almendras.
- El ingrediente secreto: las especias. En España quizá se puedan conseguir las especias ya preparadas, aunque es más complicado. Olvidaos de botes de curry en polvo, estamos buscando una pasta de curry. Algo así. Si lo encontrais, pues como 3 cucharadas soperas de eso. Si no lo encontráis o queréis hacerlo más rico aun, reunid, de cualquier tienda de especias: 1 c.s. (cucharada sopera) de semillas de cilantro molido, 1 c.p. (cuchara de postre) de pimienta, 1 c.p. de garam masala, 1 c.p. de cúrcuma, 1 guindilla seca o no, 3 ajos. Todo pasado por el mortero, con un chorro de aceite para conseguir hacer una pasta.
Elaboración:
El proceso empezó cuando pusimos a marinar el pollo ya cortado en el yogur mezclado con el jengibre picado fino y dejándolo reposar de 4 horas a toda la noche. Al día siguiente pondremos en una buena olla (hombre, una de hierro fundido le viene que ni pintado) la mantequilla y el aceite de girasol con la cebolla, las guindillas incluso un par de dientes de ajo si queremos. Retiramos a un lado de la olla esta fritura y en el aceite incorporamos la pasta de curry, o bien comprada o bien preparada por nosotros. Pasar por el fuego las especias conseguirá que expandamos su aroma, pero hay que evitar que se puedan quemar. Ahora separamos el pollo de la marinada y añadimos esta última. Una vez esté listo incorporamos la leche de coco, una cantidad algo menor de agua y las almendras. A mí que me gusta pasar toda esta salsa por la batidora, para que luego quede bien finita y ligada. Listo, el pollo y los garbanzos a la olla, el fuego bajito, la tapa puesta y a esperar a fuego lento unos 40 minutos sin que el pollo se quede duro.
Esto, junto con el chutney que mangó la Rotu y arroz basmati o, mejor aun, tailandés, quedará estupendo. Y si somos capaces de hacer un arroz pilaw, pues mucho mejor! Nada, esta tarde subo una foto!
En esos momentos no hay nada como esas páginas tan útiles estilo skyscanner que te ayudan a resolver estos entuertos y a buscar combinaciones para llegar hasta Granada. Y de repente se abre el cielo y ves que bueno, que hay una combinación posible pasando por London Luton, bajando desde Edimburgo con easyjet y luego volviendo con Ryanair hasta Málaga. Y de Málaga a Granada no hay más que un lindo paseo. Así que nada, manos a la obra. Sacamos el primer billete, estamos ya en London Luton y vamos a por el siguiente. Ajá. Ryanair, ajá. Londres Luton, ajá, Málaga, ajá. Y mientras se carga la página, pasas la yema de tus dedos por el relieve de los números de tu flagrante tarjeta Maestro mientras mentalmente le das las gracias a quien inventó el plástico, las cuentas corrientes, las tarjetas de crédito, el internet y las maravillas del mundo moderno que te permiten viajar de manera tan sencilla. Este instante de orgasmo tecnológico dura lo que tardas en volver a depositar tus ojos en la pantalla. Sold out? Cómo que sold out si la mierda del skyscanner, recordemos, una de esas páginas tan útiles que te ayudan a resolver entuertos, me acababa de decir que el precio estaba alive? Y vuelves a skyscanner y ves que pone price alive y tú respiras y piensas que quizá antes le diste mal a la tecla. Y ya no pasas la yema de los dedos por los números sino que te empiezas a acordar de la madre de quien inventó el plástico, las cuentas corrientes, las tarjetas de crédito, el internet y el resto de las maravillas del mundo moderno. Y de repente te encuentras en Londres Luton ajá con la legaña puesta en el ojo derecho porque saliste a las 5 de la mañana de tu casa para llegar a ese maravilloso aeropuerto moderno. Que sí, que se llama Londres Luton ajá como se podría llamar Chichinabo Luton ajá, porque no os vayais a pensar que está cerca de Londres sino en mitad de la campiña británica.
En ésas estábamos, buscando como llegar al bar Soria sito en la plaza trinidad, Granada, a tiempo de tomarme unas cañas y unas tapas con las canillas al aire, saboreando esos últimos días del verano y esos olores tan entrañables de esa plaza. En ésas estábamos cuando yo empezaba a añorar mis comidas del otoño, el calor de la familia y vaya rollo que os acabo de copiar. Porque esto no es sino un correo que escribí hace unos días pero que me viene perfecto para presentar la vuelta al cole: en estos meses de vacío rotundo me ha dado tiempo a estudiar y aprender nuevas recetas, todas basadas en la comida escocesa y allegadas. Porque uno dirá que la comida más al norte de Calais no tiene ni pizca de gracia. Y mira por donde que uno descubre que, además del tremendo fish & chips esta gente guardaba en el horno toda una suerte de casseroles, soups, y demás asados y guisos humeantes que harían derrochar saliva por cualquier comisura. Y todo esto sin hablar de los Haggies.
El plato que traemos se considera hoy en día 100% escocés, con sello SNP y todo, aunque venga de lejos. Tan lejos como que es un tipo curry. El curry en España siempre se ha asimilado a un pollo ligeramente amarillo y ligeramente picante. Con mayor o mejor fortuna estará más o menos rico, pero luego un día comes un curry propiamente indio y te das cuenta de que, entre gato y conejo, aun no conoces al segundo. Fijaos que una vez lo preparé y hubo quien dijo que no le gustaban los currys. Con la mejor de mis sonrisas dije que esto no era curry sino cualquierotracosa, y al final, todo el mundo repitió. Vamos pues: pollo korma, un curry muy suave preparado con leche de coco y distintas especias que hará que se chupen los dedos propios y extraños! Y que nadie se asuste, esto es más fácil que unas lentejas! Mira como curry!!
Ingredientes:
- Un par de cebollas, cortadas finas.
- Unas pechugas de pollo en trozos. Unos contramuslos pueden servir, pero hay que quitarle los huesos y la piel.
- Un yogur natural.
- Una lata de leche de coco.
- Unos garbanzos cocidos. O bien los coceis vosotros o bien de bote, pero luego me tiráis el bote para que nadie se dé cuenta. Esto no es muy indio pero ayuda a consumir menos CO2, ya me entendéis.
- Un buen trozo de mantequilla y un buen chorro de aceite de girasol, sin miedo a pasarse, que luego emulsiona y es lo que hace que esté rico. Girasol? oliva? muchas veces la comida asiática dará mejor resultado si apartamos el oliva virgen, porque su sabor no dejará desarrollar los otros. Y bueno, si sois capaces de encontrar ghee, de cualquier tienda china/india/pakistaní, utilizadlo aquí!
- Un buen trozo de jengibre picadito (el dedo gordo de persona normal, que dice Rotulator).
- Una o dos guindillas, sin semillas y cortadas finas. Probad si queréis primero más suave y luego metedle más picante, que engancha.
- Un puñado de almendras.
- El ingrediente secreto: las especias. En España quizá se puedan conseguir las especias ya preparadas, aunque es más complicado. Olvidaos de botes de curry en polvo, estamos buscando una pasta de curry. Algo así. Si lo encontrais, pues como 3 cucharadas soperas de eso. Si no lo encontráis o queréis hacerlo más rico aun, reunid, de cualquier tienda de especias: 1 c.s. (cucharada sopera) de semillas de cilantro molido, 1 c.p. (cuchara de postre) de pimienta, 1 c.p. de garam masala, 1 c.p. de cúrcuma, 1 guindilla seca o no, 3 ajos. Todo pasado por el mortero, con un chorro de aceite para conseguir hacer una pasta.
Elaboración:
El proceso empezó cuando pusimos a marinar el pollo ya cortado en el yogur mezclado con el jengibre picado fino y dejándolo reposar de 4 horas a toda la noche. Al día siguiente pondremos en una buena olla (hombre, una de hierro fundido le viene que ni pintado) la mantequilla y el aceite de girasol con la cebolla, las guindillas incluso un par de dientes de ajo si queremos. Retiramos a un lado de la olla esta fritura y en el aceite incorporamos la pasta de curry, o bien comprada o bien preparada por nosotros. Pasar por el fuego las especias conseguirá que expandamos su aroma, pero hay que evitar que se puedan quemar. Ahora separamos el pollo de la marinada y añadimos esta última. Una vez esté listo incorporamos la leche de coco, una cantidad algo menor de agua y las almendras. A mí que me gusta pasar toda esta salsa por la batidora, para que luego quede bien finita y ligada. Listo, el pollo y los garbanzos a la olla, el fuego bajito, la tapa puesta y a esperar a fuego lento unos 40 minutos sin que el pollo se quede duro.
Esto, junto con el chutney que mangó la Rotu y arroz basmati o, mejor aun, tailandés, quedará estupendo. Y si somos capaces de hacer un arroz pilaw, pues mucho mejor! Nada, esta tarde subo una foto!
chutney de mango o te mango el chutney
No tengo fotos. Tengo la casa impregnada de un olor a vinagre no muy agradable. Pero por primera vez he cocinado Chutney y a pesar de los contratiempos que contaré más adelante, podemos disfrutar en Casa Greñúa de una salsa que crea adicción.
El Chutney es básicamente una confitura de fruta o verdura hecha con vinagre y azucar, y varias especias. Saqué la receta de un libro que anda por casa, un poco anticuado pero con muy buenos consejos para cocinar con frutas. Aunque al principio me arrepentí mogollón por el olor a vinagre que deja en el hogar, al probarla no pudimos menos que alegrarnos lo más grande. Aunque le falta un ingrediente que luego contaré...
Ingredientes:
- dos o tres mangos (500gr de carne)
- un puñado de uvas pasas
- una guindilla
- dos ajos
- jengibre (el tamaño de un dedo gordo de persona normal)
- un vaso de vinagre
- un vaso de azucar morena (o blanca si no teneis)
- pimienta cayena
- pimentón
Elaboración:
Se pelan los mangos y se separa la carne del hueso. Esta pulpa se pone a cocer en una olla con bastante agua junto con las pasas. Después de 10 minutos retiramos del fuego y escurrimos con un colador.
En un mortero machacamos dos dientes de ajo pelados con el jengibre -pelado también- hasta que formen una pasta color carne, carne blancuzca de la que no ha tomado el sol en mucho tiempo. Después se añade la guindilla y se machaca también. A continuación se echa una c.c. (cucharadita de café) de pimentón y otra de pimienta cayena. Se añaden cuatro c.s. (curacharadas de sopa) de vinagre y se deja reposar 10 minutos.
La guindilla es un temazo. Yo elegí una tan picante que después de cortarla, olvidando lavarme las manos, apoyé inocentemente los dedos en la boca y noté el fuego de las calderas del infierno en mi perímetro bucal durante más de un cuarto de hora. Como si de una quemadura se tratase me apliqué un poco de aceite de oliva y maldije a la guindilla asesina, que por cierto llevaba más de seis meses dando vueltas por la nevera. Tanto me acojoné que tiré al cubo este aliño y comencé de nuevo con otro, esta vez sin tan picante ingrediente. Pero hay que ponerle guindilla, una menos picante.
Después de estos reposos se echa en una olla la pulpa del mango, las pasas, el vaso de azucar, el vaso de vinagre y el aliño spicy. Se pone a cocer a fuego medio durante 40 minutos o algo más, hasta que se evapore la mayor parte del líquido. Evidentemente cuando aquello empieza a evaporar el vinagre impregna toda la cocina y si tu cocina no tiene puertas, como la mía, pues todo lo que hay alrededor porque el estado gaseoso no entiende de fronteras.
Una vez hervido se deja enfriar, se mete en un bote y se guarda en la nevera. Es una salsa ideal para acompañar carnes y ya he dicho antes que crea adicción. La mía no ha salido muy picante, pero todo lo demás lo tiene muy rico. Ayer acompañó a una hamburguesa del Pibe casera de la que algún día hablaré por estos lugares.
El Chutney es básicamente una confitura de fruta o verdura hecha con vinagre y azucar, y varias especias. Saqué la receta de un libro que anda por casa, un poco anticuado pero con muy buenos consejos para cocinar con frutas. Aunque al principio me arrepentí mogollón por el olor a vinagre que deja en el hogar, al probarla no pudimos menos que alegrarnos lo más grande. Aunque le falta un ingrediente que luego contaré...
Ingredientes:
- dos o tres mangos (500gr de carne)
- un puñado de uvas pasas
- una guindilla
- dos ajos
- jengibre (el tamaño de un dedo gordo de persona normal)
- un vaso de vinagre
- un vaso de azucar morena (o blanca si no teneis)
- pimienta cayena
- pimentón
Elaboración:
Se pelan los mangos y se separa la carne del hueso. Esta pulpa se pone a cocer en una olla con bastante agua junto con las pasas. Después de 10 minutos retiramos del fuego y escurrimos con un colador.
En un mortero machacamos dos dientes de ajo pelados con el jengibre -pelado también- hasta que formen una pasta color carne, carne blancuzca de la que no ha tomado el sol en mucho tiempo. Después se añade la guindilla y se machaca también. A continuación se echa una c.c. (cucharadita de café) de pimentón y otra de pimienta cayena. Se añaden cuatro c.s. (curacharadas de sopa) de vinagre y se deja reposar 10 minutos.
La guindilla es un temazo. Yo elegí una tan picante que después de cortarla, olvidando lavarme las manos, apoyé inocentemente los dedos en la boca y noté el fuego de las calderas del infierno en mi perímetro bucal durante más de un cuarto de hora. Como si de una quemadura se tratase me apliqué un poco de aceite de oliva y maldije a la guindilla asesina, que por cierto llevaba más de seis meses dando vueltas por la nevera. Tanto me acojoné que tiré al cubo este aliño y comencé de nuevo con otro, esta vez sin tan picante ingrediente. Pero hay que ponerle guindilla, una menos picante.
Después de estos reposos se echa en una olla la pulpa del mango, las pasas, el vaso de azucar, el vaso de vinagre y el aliño spicy. Se pone a cocer a fuego medio durante 40 minutos o algo más, hasta que se evapore la mayor parte del líquido. Evidentemente cuando aquello empieza a evaporar el vinagre impregna toda la cocina y si tu cocina no tiene puertas, como la mía, pues todo lo que hay alrededor porque el estado gaseoso no entiende de fronteras.
Una vez hervido se deja enfriar, se mete en un bote y se guarda en la nevera. Es una salsa ideal para acompañar carnes y ya he dicho antes que crea adicción. La mía no ha salido muy picante, pero todo lo demás lo tiene muy rico. Ayer acompañó a una hamburguesa del Pibe casera de la que algún día hablaré por estos lugares.
jueves, 22 de octubre de 2009
El revoltillo de espárragos Leo-luz
Qué cierto es que en España existe una cultura gastronómica arraigada.
Cuando tenemos la gran suerte de compartir culturillas de diferentes lugares -ya sea dentro o fuera de nuestro país- se te abren todos los sentidos, paladar incluído.
He aquí pues sin más preámbulos, una receta que a un Cata-luz le brindó Loli, una andaluza afincada en León y que sabe a gloria bendita. Espárragos de Huétor que nos regaló mi santa y una receta de cómo hacerlos que nos regaló Loli. Por supuesto, no le falta Pimentón del que tanto se usa en León, que ciertamente hay que conseguir si tenéis oportunidad, porque está ahumado y le da un puntito... increíble. Allí, sencillamente, se lo echan a todo.
Ingredientes (2/3 personas)
1 manojo de espárragos trigueros
2 o 3 rebanadas de pan (si es del día anterior, mejor)
2 dientes de ajo
2 Huevos
2 c.s. (cucharas soperas) de vinagre
2 c.p. (cucharillas de postre) de pimentón
Un poco de agua y aceite
Elaboración
Se fríen las rodajas de pan en una sartén con aceite y se retiran a un mortero. Ahora doramos los ajos troceados a láminas los colocáis con el pan. Yo reservo unas cuantas laminillas, porque me encanta encontrarme los trocitos de ajo. Se le echa un poco de agua al mortero y se deja reposar. Nunca he conseguido averiguar la cantidad de agua necesaria, así que siempre la echo a ojo, sin llegar a cubrir el pan pero que se empape.
Mientras se ablanda el pan y los ajos partimos los espárragos, ni muy grandes ni muy chicos. Dicen los entendidos que el espárrago hay que partirlo con las manos, doblándolo sucesivamente hasta partirlo desde la punta del tallo hasta la base. Cuando ya no se parte sólo hay que dejar lo que queda, porque es la parte dura.
Se echan en la sartén en la que teníamos el aceite de antes, y a freír un rato, dependiendo del grosor de los mismos. Los de Huétor, como eran gordos los tuvimos unos 5 minutos a fuego medio. Al rato, les echas un poco de agua, para se acaben de cocer sin llegar a quemarse, pero una pizca de agua, no más -de vez en cuando en vez de agua les he puesto vino blanco... y están también muy ricos- y le subís un poco el fuego, para que hierva bien. Al par de la fritura podemos ir machando el pan y los ajitos con el morterito. A piñón, no hace falta más, hasta que esté bien trabado.
Con el líquido ya evaporado de la sartén, se le añaden un par de cucharillas de pimentón de León, el chorreón de vinagre y se le da un par de vueltas. Luego le añadimos el pan que habíamos machacado y los ajos, en caso de que os hubierais guardado algún ajo, claro. Le damos otro par de vueltas, y listo.
Y ahora, el toque final.
Retiramos del fuego. A los que nos gusta el revuelto meloso, uséase con el huevo no muy hecho, lo mejor es echarle primero la claras, darle un par de vueltas y luego la yema y una vuelta más. Si no os va mucho este rollo, con echarle un par de huevos y revolverlos con los espárragos, listo.
Lo que sí es importante es servirlo rápido, para que el huevo no cuaje demasiado.
Ea,
Mahlzeit!!
Cuando tenemos la gran suerte de compartir culturillas de diferentes lugares -ya sea dentro o fuera de nuestro país- se te abren todos los sentidos, paladar incluído.
He aquí pues sin más preámbulos, una receta que a un Cata-luz le brindó Loli, una andaluza afincada en León y que sabe a gloria bendita. Espárragos de Huétor que nos regaló mi santa y una receta de cómo hacerlos que nos regaló Loli. Por supuesto, no le falta Pimentón del que tanto se usa en León, que ciertamente hay que conseguir si tenéis oportunidad, porque está ahumado y le da un puntito... increíble. Allí, sencillamente, se lo echan a todo.
Ingredientes (2/3 personas)
1 manojo de espárragos trigueros
2 o 3 rebanadas de pan (si es del día anterior, mejor)
2 dientes de ajo
2 Huevos
2 c.s. (cucharas soperas) de vinagre
2 c.p. (cucharillas de postre) de pimentón
Un poco de agua y aceite
Elaboración
Se fríen las rodajas de pan en una sartén con aceite y se retiran a un mortero. Ahora doramos los ajos troceados a láminas los colocáis con el pan. Yo reservo unas cuantas laminillas, porque me encanta encontrarme los trocitos de ajo. Se le echa un poco de agua al mortero y se deja reposar. Nunca he conseguido averiguar la cantidad de agua necesaria, así que siempre la echo a ojo, sin llegar a cubrir el pan pero que se empape.
Mientras se ablanda el pan y los ajos partimos los espárragos, ni muy grandes ni muy chicos. Dicen los entendidos que el espárrago hay que partirlo con las manos, doblándolo sucesivamente hasta partirlo desde la punta del tallo hasta la base. Cuando ya no se parte sólo hay que dejar lo que queda, porque es la parte dura.
Se echan en la sartén en la que teníamos el aceite de antes, y a freír un rato, dependiendo del grosor de los mismos. Los de Huétor, como eran gordos los tuvimos unos 5 minutos a fuego medio. Al rato, les echas un poco de agua, para se acaben de cocer sin llegar a quemarse, pero una pizca de agua, no más -de vez en cuando en vez de agua les he puesto vino blanco... y están también muy ricos- y le subís un poco el fuego, para que hierva bien. Al par de la fritura podemos ir machando el pan y los ajitos con el morterito. A piñón, no hace falta más, hasta que esté bien trabado.
Con el líquido ya evaporado de la sartén, se le añaden un par de cucharillas de pimentón de León, el chorreón de vinagre y se le da un par de vueltas. Luego le añadimos el pan que habíamos machacado y los ajos, en caso de que os hubierais guardado algún ajo, claro. Le damos otro par de vueltas, y listo.
Y ahora, el toque final.
Retiramos del fuego. A los que nos gusta el revuelto meloso, uséase con el huevo no muy hecho, lo mejor es echarle primero la claras, darle un par de vueltas y luego la yema y una vuelta más. Si no os va mucho este rollo, con echarle un par de huevos y revolverlos con los espárragos, listo.
Lo que sí es importante es servirlo rápido, para que el huevo no cuaje demasiado.
Ea,
Mahlzeit!!
sábado, 19 de septiembre de 2009
Endivias con peras caramelizadas
Con el regustillo de las espinacas con salsa Teriyaki que nos pusieron de tapa, la última vez que salí de cañas y mejores conversaciones por Granada, os paso una de mis recetas preferidas en cuanto a los agridulces de mis amores.... como la vida misma.
La transición entre el verano y el otoño, es el mejor momento para ponerse tifos de uvas, melones, manzanas o peras. Hoy me espera la pera. Blanquilla, Ercolini, Limonera, Conference, Italiana, ... que distintas y que ricas. La caramelizaremos con una combinación de vinagres que luego se puede también utilizar en ensaladas (la escarola y el gorgonzolla le van que ni pintados), tostas o como aderezo.
Ingredientes
-5 c.s. Vinagre de sidra de manzana
-5 c.s. Vinagre de módena
-5 c.s. Azúcar
-2 Peras Conference
-2/3 Endivias
-Paté
Elaboración
Empezamos pelando la peras. Las descorazonamos y luego las vamos fileteando muy finas. Yo personalmente voy sacando tiras de pera de cada cuarto sin corazón, pero eso ya lo dejo a vuestro gusto. El tipo de pera a utilizar puede ser o la Conference o la Blanquilla y es mejor que no esten muy maduras, porque si no os costará mucho filetearlas. En una sarten pequeña, ponemos los vinagres el azucar y la pera, a fuego lento y se va removiendo de vez en cuando. Para un par de peras medianas, pues lo dicho unas 5 cucharadas soperas de cada uno. Ah!!! Atentos al ácido acético del vinagre cuando empieza a calentarse... que te da un colocón! así que mejor enciendes el extractor.
El proceso hasta que esté caramelizado puede tardar unos 15-20 minutejos, así que mientras tanto preparamos el resto.
Vamos separando las hojas de las endivias que después lavaremos y secaremos. El truco es ir cortando el tronco de la endivia por su base. Con cada corte tendremos un grupo de hojas sueltas. Aprovecharemos las hojas más grandes para que nos puedan servir como base y cuchara a la vez. Los corazones que nos van quedando de resto de las endivias, para otro día, que cortadas en trocitos con taquitos de jamón serrano y un yoghurt natural, nos van a hacer un apaño en otro momento como ensalada bien rica. Colocamos las hojas de endivia en un plato o bandeja, y cortaremos el paté a tiras que iremos colocando sobre cada hoja.
Que no se nos olvide el ir removiendo las peras...
Del paté no he dicho nada a propósito. Yo personalmente lo hago con paté de campaña, porque me chifla, pero cualquier paté le va bien. Los podéis encontrar en las charcuterías, de esos que vienen a granel y que te cortan un trozo están bien ricos, aunque con los que hay en el súper que vienen envasados al vacío en porciones de unos 100g también va bien. Incluso alguna Navidad lo preparamos con foie acabado de pasar por la plancha y bueno, eso ya eran palabras mayores.
El grosor de las tiras que cortéis lo dejo a vuestra elección y gusto personal, pero vamos, que se note que hay paté.
Pues ya estamos. Cuando el vinagre ya se vea caramelizado (que haga hilo al levantar la cuchara) lo retiramos del fuego y aún algo caliente se le añade a cada hoja por encima. Si se sirve así semi-caliente, está muy rico, aunque en frío tampoco desmerece mucho.
La transición entre el verano y el otoño, es el mejor momento para ponerse tifos de uvas, melones, manzanas o peras. Hoy me espera la pera. Blanquilla, Ercolini, Limonera, Conference, Italiana, ... que distintas y que ricas. La caramelizaremos con una combinación de vinagres que luego se puede también utilizar en ensaladas (la escarola y el gorgonzolla le van que ni pintados), tostas o como aderezo.
Ingredientes
-5 c.s. Vinagre de sidra de manzana
-5 c.s. Vinagre de módena
-5 c.s. Azúcar
-2 Peras Conference
-2/3 Endivias
-Paté
Elaboración
Empezamos pelando la peras. Las descorazonamos y luego las vamos fileteando muy finas. Yo personalmente voy sacando tiras de pera de cada cuarto sin corazón, pero eso ya lo dejo a vuestro gusto. El tipo de pera a utilizar puede ser o la Conference o la Blanquilla y es mejor que no esten muy maduras, porque si no os costará mucho filetearlas. En una sarten pequeña, ponemos los vinagres el azucar y la pera, a fuego lento y se va removiendo de vez en cuando. Para un par de peras medianas, pues lo dicho unas 5 cucharadas soperas de cada uno. Ah!!! Atentos al ácido acético del vinagre cuando empieza a calentarse... que te da un colocón! así que mejor enciendes el extractor.
El proceso hasta que esté caramelizado puede tardar unos 15-20 minutejos, así que mientras tanto preparamos el resto.
Vamos separando las hojas de las endivias que después lavaremos y secaremos. El truco es ir cortando el tronco de la endivia por su base. Con cada corte tendremos un grupo de hojas sueltas. Aprovecharemos las hojas más grandes para que nos puedan servir como base y cuchara a la vez. Los corazones que nos van quedando de resto de las endivias, para otro día, que cortadas en trocitos con taquitos de jamón serrano y un yoghurt natural, nos van a hacer un apaño en otro momento como ensalada bien rica. Colocamos las hojas de endivia en un plato o bandeja, y cortaremos el paté a tiras que iremos colocando sobre cada hoja.
Que no se nos olvide el ir removiendo las peras...
Del paté no he dicho nada a propósito. Yo personalmente lo hago con paté de campaña, porque me chifla, pero cualquier paté le va bien. Los podéis encontrar en las charcuterías, de esos que vienen a granel y que te cortan un trozo están bien ricos, aunque con los que hay en el súper que vienen envasados al vacío en porciones de unos 100g también va bien. Incluso alguna Navidad lo preparamos con foie acabado de pasar por la plancha y bueno, eso ya eran palabras mayores.
El grosor de las tiras que cortéis lo dejo a vuestra elección y gusto personal, pero vamos, que se note que hay paté.
Pues ya estamos. Cuando el vinagre ya se vea caramelizado (que haga hilo al levantar la cuchara) lo retiramos del fuego y aún algo caliente se le añade a cada hoja por encima. Si se sirve así semi-caliente, está muy rico, aunque en frío tampoco desmerece mucho.
martes, 8 de septiembre de 2009
el huerto de rodri
Desde Dúrcal, el pueblo sobre el que cayó el dedo de María de los Ángeles de las Heras Ortiz en un mapa de España y pasó a llamarse Rocío Dúrcal, nos llegó ayer todo esto. Todo orgánico, que dicen los ingleses (y escoceses). Ni fertilizantes químicos, ni transgénicos, ni hostias. Agricultura ecológica garantizada. Vaya cosecha les ha salido. Te lo traen en una furgoneta, que huele a pimiento, a tomate, que huele y que sabe, que ya lo hemos probado. Tomate number one. Llega Rodri, todo sonriente, te deja esta maravilla de la naturaleza en la cocina y te alegra el día. No tengais envidia, el que quiera comprarle que se ponga en contacto a través de los comentarios. Se pueden hacer pedidos.
viernes, 26 de junio de 2009
ceviche de salmón
Mientras nos decidimos a publicar las recetas del Nohay Festival Realejo, aquí dejo una receta de lo más fresquita y sabrosa para este verano.
Ingredientes:
- Salmón descongelado
- Limón
- Cebolleta
- Aceite
- Vinagre balsámico
- Pimienta
- Sal
- Aguacate (opcional)
Elaboración:
Es importante que el pescado haya estado previamente congelado para evitar la entrada de bichitos raros en nuestro organismo. Cortamos el pescado en láminas no muy gruesas, como si fuera para sushi. Lo colocamos en una fuente preferiblemente plana. Espolvoreamos con un poco de sal gorda y pimienta negra molida. Después cortamos media cebolleta en gajos finitos y se la echamos por encima. También se puede sustituir por cebolla. Después echamos un chorro generoso de vinagre, otro más generoso de aceite y el zumo de un limón.
Dejamos que se vaya "cociendo" el salmón con el vinagre y el limón, removiendo de vez en cuando para que se impregnen bien todos los trozos. En menos de media hora está listo. Se puede puede comer así sólo o se puede acompañar con unos trozos de rico aguacate, que le va de lujo al salmón y la cebolleta.
Ingredientes:
- Salmón descongelado
- Limón
- Cebolleta
- Aceite
- Vinagre balsámico
- Pimienta
- Sal
- Aguacate (opcional)
Elaboración:
Es importante que el pescado haya estado previamente congelado para evitar la entrada de bichitos raros en nuestro organismo. Cortamos el pescado en láminas no muy gruesas, como si fuera para sushi. Lo colocamos en una fuente preferiblemente plana. Espolvoreamos con un poco de sal gorda y pimienta negra molida. Después cortamos media cebolleta en gajos finitos y se la echamos por encima. También se puede sustituir por cebolla. Después echamos un chorro generoso de vinagre, otro más generoso de aceite y el zumo de un limón.
Dejamos que se vaya "cociendo" el salmón con el vinagre y el limón, removiendo de vez en cuando para que se impregnen bien todos los trozos. En menos de media hora está listo. Se puede puede comer así sólo o se puede acompañar con unos trozos de rico aguacate, que le va de lujo al salmón y la cebolleta.
miércoles, 20 de mayo de 2009
nohay festival realejo
La segunda edición del Nohay Festival, Concurso Internacional de Tapas Interbarrios, tuvo lugar en la sede del Realejo, el pásado domingo 17 de mayo. El festival culinario discurrió durante una soleada jornada, donde el buen hacer de los participantes hizo que la convocatoria fuera todo un éxito.
Keith Moon ultimando los detalles de "delicias electric lady land"
Tres asistentes, que habían participado muy activamente en las celebraciones beodas de una boda el día anterior al evento, acudieron con las capacidades culinarias muy mermadas. Sin embargo esto no impidio que una de ellas, Cookileysis, consiguiera un digno cuarto puesto en la clasificación final, que más adelante pasaremos a detallar. Dichas celebraciones tampoco impidieron que Sr. Don Risa llegara tres horas tarde con un helado recien comprado en un establecimiento comerciar de esta ciudad.
El Festival comenzó con la cata por parte de los asistentes de los dos aperitivos que se presentaban a concurso: el "Bloody Mary Lets Get it On" y el "Estoy en el Edén, por favor, que me den... más" presentados con gran arte y simpatía por Keith Moon y CheffQ3 respectivamente. Hay que destacar la campaña de acoso y derribo llevada a cabo por Ferran Adriá Jr contra el "Bloody Mary Lets Get it On" de Keith Moon, cocktail que provocó no pocos enfrentamientos entre los detractores y admiradores del mismo. En su favor hay que decir que a los varios resacosos los dejó como nuevos en un par de tragos. Más unanimidad hubo con "Estoy en el Edén..." refresco bien conocido del carismático CheffQ3, aunque no por ello menos elogiado.
El mismísimo Ferran Adriá Jr. acudió al Nohay Festival con un montadito "Sobras del Realejo con aire y nada más con espuma de lo que pille" que no estaba nada mal, aunque corría el rumor de que se adquirió -como suele ser habitual en la alimentación diaria de este personaje- en una conocida casa de comidas preparadas sito en la calle Molinos y que regenta una simpática parejas de rusos -personas que provienen de Rusia-. La polémica estaba servida.
La hasta ahora perdedora del Nohay Festival, celebrado el año pasado en la sede de Marañas, la cocinera Golondrina, sorprendió a todos con unos "Rodillos manzanieros a lo lolailo" que la alejaron muy mucho de las últimas posiciones y pusieron de manifiesto la evolución ascendente que ha seguido esta grandísima cocinera en el último año. Ella lo celebró brindando numerosas veces con "Estoy en el Edén...".
Alguno de los participantes no fué a boda, bautizo o comunión la víspera del concurso pero eso no impidió que se acostara cuando el sol le daba en el lugar de la colleja y después de haber retrasado el sueño elaborando la tapa "Pechugas de pollo rellenas de...". Así, los palillos quedaron enterrados en las pechugas y hubo que poner algún cartelito para no terminar en urgencias.
La chef Julieta Croqueta, una servidora, tuvo algunos imprevistos de última hora con "corazón tan negro" -que se le desbordó por todo el horno- y no pudo preparar la participación virtual del chef Maculi. Pide disculpas públicamente. Sin embargo la citada tapa, o postre, consiguió el tercer puesto en la clasificación final, para alegría de la cocinera.
La anfitriona del evento, Kitchen Pecadooora, tuvo problemillas con la química de los alimentos y los cambios de color cuando éstos se exponen a altas temperaturas. Pero aunque las "Violetas verdes" no eran del todo violetas ni del todo verdes y a pesar de su aspecto espachurrado, consiguieron un sabor exquisito que encantó a todos los comensales y que alzaron a la simpática cocinera con el merecidísimo segundo puesto.
Sin embargo el primer puesto, y sorpresa de última hora, (y no hay fotos, oye!) fue para "Salvavidas", un exquisito sorbete de fruta y helado que elaboró Colette Baguette in extremis, puesto que alguno de los ingredientes habian quedado olvidados en un lugar de Cartuja de cuyo nombre no quiero acordarme. Hubo casi unanimidad en que la tapa era excelente y permitió a la actual ganadora recibir el premio de ella misma. O sea, que revalidó el título. Sin embargo la chef quiso dejar en propiedad el gorro de ganadora a la anfitriona y segundo puesto Kitchen Pecadooora que disfrutará de él hasta la próxima edición del Nohay Festival.
Por último hay que destacar la participación de "Desconocido/a" que se quedó con el último puesto en el ranking, cuyo chef Costas Poporras elaboró con toda la urgencia que le permitió un fin de semana ocupado en visitas y estudio. El anterior farolillo rojo, Golondrina, entregó con gran regocijo y satisfacción el tradicional bote de mermelada caducada que recibe el perdedor, y que debe mantener a buen recaudo hasta la próxima edición. Además la ganadora, Colette Baguette, pudo azotar en el trasero con el premio en metálico recibido -0,90 € de pala de madera- al peor valorado, para que en la próxima edición se esmere un poco más.
La clasificación de los cinco primeros queda así:
1. "Salvavidas" de Colette Baguette
2. "Violetas verdes" de Kitchen Pecadooora
3. "Corazón tan negro" de Julieta Croqueta
4. "No photograpy please" de Cookileysis y "Estoy en el eden que me den... más" de CheffQ3
5. "Lo verde es un rollo" de Julieta Croqueta , "Rodillos manzanieros a lo lolailo" de Golondrina y "Así en el cielo como en la tierra" de Colette Baguette
...
Última posición "Desconocido/a" de Costas Poporras
(pueden ustedes protestar lo que quieran porque lo he escrito de memoria)
Próximamente se publicaran las recetas de los platos participantes para que ustedes puedan disfrutar de tan ricos alimentos.
domingo, 12 de abril de 2009
anchoas en aceite de silla
Silla es un pueblo de la Comunidad Valenciana (sí, ese lugar cuyo presidente viste trajes que paga a golpe de billetazos de 500€) dónde reside parte de mi familia materna, familia ésta muy apañada en la cocina y de la cual ya he hablado algo por aquí. Cada verano, la familia Paquipe -para mantenerlos en el anonimato utilizaré este pseudónimo- baja para el sur en un Ford Escord de hace 25 años, con una garrafa de agua del grifo de Valencia para hacer paella y un bote de anchoas de fabricación propia para hacer las delicias del aperitivo al que ellos son tan aficionados.
Ahora que llega el tiempo del boquerón (abril, mayo, junio) una recetilla para escojer los mejores ejemplares y conservarlos en el frigo durante mucho tiempo. Para esta receta es mejor elegir los boquerones más gordos, para que no se salen (de salar no de salir) demasiado.
Ingredientes:
- Boquerones bien hermosos
- Sal
- Azucar
- Aceite de oliva
Elaboración:
Antes vivía cerca de una pescadería que era bien conocida porque en la puerta había un señor que te limpiaba todo el pescado que acababas de comprar. Pero eso era antes. Así que toca limpiar el pescado, quitarle la raspa y separarlo en dos mitades.
En un bol se mezcla un vaso de sal con medio vaso de azucar. Esta es la medida para medio kilo de boquerones, pero si tenemos más, manteniendo la proporción, le podemos poner más cantidad. En un cacharro de plástico, que antes se llamaba fiambrera y ahora se le dice tuperware, se pone una capa de sal-azucar, una capa de boquerones, una capa de sal-azucar, otra capa de boquerones y otra... así hasta que terminemos con todos los boquerones y que la última capa sea de sal-azucar. Se tapa con su tapa y se deja en el frigorífico entre 28 y 33 horas. Lo del tiempo es muy importante porque sino el pescado puede quedar muy salado.
Pasado este tiempo limpiamos los boquerones, que ya se habrán convertido en anchoas, bajo el chorro de agua fría. Les quitamos el exceso de humedad con un trapo de cocina limpio y las metemos en un bote cubriendo todo con aceite de oliva virgen extra.
Ahora que llega el tiempo del boquerón (abril, mayo, junio) una recetilla para escojer los mejores ejemplares y conservarlos en el frigo durante mucho tiempo. Para esta receta es mejor elegir los boquerones más gordos, para que no se salen (de salar no de salir) demasiado.
Ingredientes:
- Boquerones bien hermosos
- Sal
- Azucar
- Aceite de oliva
Elaboración:
Antes vivía cerca de una pescadería que era bien conocida porque en la puerta había un señor que te limpiaba todo el pescado que acababas de comprar. Pero eso era antes. Así que toca limpiar el pescado, quitarle la raspa y separarlo en dos mitades.
En un bol se mezcla un vaso de sal con medio vaso de azucar. Esta es la medida para medio kilo de boquerones, pero si tenemos más, manteniendo la proporción, le podemos poner más cantidad. En un cacharro de plástico, que antes se llamaba fiambrera y ahora se le dice tuperware, se pone una capa de sal-azucar, una capa de boquerones, una capa de sal-azucar, otra capa de boquerones y otra... así hasta que terminemos con todos los boquerones y que la última capa sea de sal-azucar. Se tapa con su tapa y se deja en el frigorífico entre 28 y 33 horas. Lo del tiempo es muy importante porque sino el pescado puede quedar muy salado.
Pasado este tiempo limpiamos los boquerones, que ya se habrán convertido en anchoas, bajo el chorro de agua fría. Les quitamos el exceso de humedad con un trapo de cocina limpio y las metemos en un bote cubriendo todo con aceite de oliva virgen extra.
jueves, 26 de marzo de 2009
fideua en el cementerio
Ya no sé que hacer para poner más interesante el blog. Yo no soy nada de películas de terror pero el nombre me parece tan sugerente... El sábado pasado estuvimos comiendo fideua en casa de Inmica, que vive en Cementerio de Santa Escolástica, por eso llamamos a esta comilona Fideua en el Cementerio.
Los presentes (y los que se comieron los restos) pueden decir que me salió buenísima, aunque no me pone nada cocinar para tanta gente. La fideua no es complicada cuando es para pocos, pero estábamos 13 y varios gatos, así que le tuve que echar ganas de sobra, a parte de pescado. Cuando cocinas para muchos al principio empiezas con ganas pero llega un momento en que dices "ya estoy harta" y necesitas que todo se termine. Menos mal que este momento llegó casi al final.
La fideua me la enseñó mi primo David de Barcelona, que es la mar de apañao en la cocina. Yo la hago como él me la enseñó una vez, pero para esto es como para la paella, hay tantas como cocineros. Lo de utilizar el fideo más fino de lo que suele ser habitual me gusta de esta receta porque así se aprecia más el sabor del pescado.
Ingredientes:
- Fideos del nº2 (ni más finos ni más gordos)
- Cebollas (cuatro grandes)
- Caldo de verduras
- Una sepia o dos calamares
- Gambas (medio kilo)
- Mejillones (un kilo)
- Almejas (300 gr)
- Ali-oli
Elaboración:
Se pelan y se pican las cebollas -no demasiado pequeñas- y se sofríen en una sartén con un poco de aceite de oliva. La receta "original" dice que una cebolla por persona pero a mí me parece demasiado, así que le pongo media si somos pocos y a ojímetro cuando hay muchos. Se debe pochar a fuego lento, hasta que quede transparente, y mientras tanto vamos cocinando el pescado.
Ponemos en una cazuela los mejillones (ahora los hay buenísimos) con dos dedos de agua a fuego fuerte, hasta que se abran. Después los separamos de la concha y colamos el agua de los mejillones. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, hacemos las gambas vuelta y vuelta. Las sacamos y las dejamos enfríar un poco, lo justo para poder pelarlas sin quemarnos (que es cuando pillamos la gamba y no gritamos). Después se abren las almejas, echándolas en la misma sartén con un poco de aceite. A continuación sofreímos la sepia, que hemos cortado previamente en trocitos, hasta que suelte el agua.
Las cáscaras y las cabezas de las gambas se trituran con la batidora. La pasta naranja que resulta se cuela con un poco del agua de los mejillones y se echa a la sartén de la cebolla, junto con las gambas peladas, la sepia, los mejillones y las almejas. Se remueve todo con mucho cuidado y ya tenemos el acompañamiento de los fideos.
Por un lado calentamos el caldo de verdura en una olla hasta que hierva. Utilizamos una paella para hacer la fideua. Si no tenemos paella, podemos utilizar una cacerola de fondo ancho y poca altura. Echamos un poco de aceite de oliva -no mucho, como dos cucharadas- y a continuación los fideos para rehogarlos un poco. Cuando empiecen a pillar un color dorado añadimos el "acompañamiento" sin ningún miramiento, el caldo caliente de verdura y mezclamos con una pala de gran envergadura. En 10 minutos lo tenemos cocinado, retiramos del fuego y servimos con cuidado. (Es que me acabo de acordar que mi hermano nos ha mandado rimar todo el rato para practicar un estilo de una cosa que jugamos los jueves, que por cierto nuestro equipo es el último).
Lo mejor es acompañarla de ali-oli, una mayonesa con ajo por la que te multan los polis. Como Inmica tiene porra, la hizo con la gorra. Al principio puede parecer un poco fuerte aunque con la fideua queda de muerte. Nosotros nos chupamos los dedos, y con la sangría del Blete nos pusimos un poco pedo.
La señora anfitriona se curró una ensalada de frutas, que de lo buena que estaba creo alguna disputa. También había bichos a la plancha: langostinos, chipirones y navajas sin revancha. Otro día repetimos, a ver si tenemos suerte y nos la hace mi primo.
Los presentes (y los que se comieron los restos) pueden decir que me salió buenísima, aunque no me pone nada cocinar para tanta gente. La fideua no es complicada cuando es para pocos, pero estábamos 13 y varios gatos, así que le tuve que echar ganas de sobra, a parte de pescado. Cuando cocinas para muchos al principio empiezas con ganas pero llega un momento en que dices "ya estoy harta" y necesitas que todo se termine. Menos mal que este momento llegó casi al final.
La fideua me la enseñó mi primo David de Barcelona, que es la mar de apañao en la cocina. Yo la hago como él me la enseñó una vez, pero para esto es como para la paella, hay tantas como cocineros. Lo de utilizar el fideo más fino de lo que suele ser habitual me gusta de esta receta porque así se aprecia más el sabor del pescado.
Ingredientes:
- Fideos del nº2 (ni más finos ni más gordos)
- Cebollas (cuatro grandes)
- Caldo de verduras
- Una sepia o dos calamares
- Gambas (medio kilo)
- Mejillones (un kilo)
- Almejas (300 gr)
- Ali-oli
Elaboración:
Se pelan y se pican las cebollas -no demasiado pequeñas- y se sofríen en una sartén con un poco de aceite de oliva. La receta "original" dice que una cebolla por persona pero a mí me parece demasiado, así que le pongo media si somos pocos y a ojímetro cuando hay muchos. Se debe pochar a fuego lento, hasta que quede transparente, y mientras tanto vamos cocinando el pescado.
Ponemos en una cazuela los mejillones (ahora los hay buenísimos) con dos dedos de agua a fuego fuerte, hasta que se abran. Después los separamos de la concha y colamos el agua de los mejillones. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, hacemos las gambas vuelta y vuelta. Las sacamos y las dejamos enfríar un poco, lo justo para poder pelarlas sin quemarnos (que es cuando pillamos la gamba y no gritamos). Después se abren las almejas, echándolas en la misma sartén con un poco de aceite. A continuación sofreímos la sepia, que hemos cortado previamente en trocitos, hasta que suelte el agua.
Las cáscaras y las cabezas de las gambas se trituran con la batidora. La pasta naranja que resulta se cuela con un poco del agua de los mejillones y se echa a la sartén de la cebolla, junto con las gambas peladas, la sepia, los mejillones y las almejas. Se remueve todo con mucho cuidado y ya tenemos el acompañamiento de los fideos.
Por un lado calentamos el caldo de verdura en una olla hasta que hierva. Utilizamos una paella para hacer la fideua. Si no tenemos paella, podemos utilizar una cacerola de fondo ancho y poca altura. Echamos un poco de aceite de oliva -no mucho, como dos cucharadas- y a continuación los fideos para rehogarlos un poco. Cuando empiecen a pillar un color dorado añadimos el "acompañamiento" sin ningún miramiento, el caldo caliente de verdura y mezclamos con una pala de gran envergadura. En 10 minutos lo tenemos cocinado, retiramos del fuego y servimos con cuidado. (Es que me acabo de acordar que mi hermano nos ha mandado rimar todo el rato para practicar un estilo de una cosa que jugamos los jueves, que por cierto nuestro equipo es el último).
Lo mejor es acompañarla de ali-oli, una mayonesa con ajo por la que te multan los polis. Como Inmica tiene porra, la hizo con la gorra. Al principio puede parecer un poco fuerte aunque con la fideua queda de muerte. Nosotros nos chupamos los dedos, y con la sangría del Blete nos pusimos un poco pedo.
La señora anfitriona se curró una ensalada de frutas, que de lo buena que estaba creo alguna disputa. También había bichos a la plancha: langostinos, chipirones y navajas sin revancha. Otro día repetimos, a ver si tenemos suerte y nos la hace mi primo.
lunes, 23 de marzo de 2009
Pasta con pasta
Como bien dice Rotulador "el nunca lo haría". Sé que está fatal abandonar un blog, pero no voy a decir que no lo haré nunca más porque ya me ha pasado unas cuantas veces. La ventaja de este es que, aunque no escriba, sigo cocinando y sacando nuevas ideas. Últimamente me he ido fijando en nuevas ideas de sabores y texturas que, o bien no se me habían ocurrido, o bien no había conseguido. Por ejemplo: los currys me salen ahora estupendos. Por fin he conseguido la famosa textura restaurante hindu de la esquina.
Entre otras cosas quería organizar un festival de comida entre Edimburgo y Granada, pero parece que la cosa va a sufrir algún que otro retraso. Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quería prepararme una charla sobre como juntar la cocina con la química (ahí, que se noten los estudios). En concreto, quería hablar sobre la importancia de las emulsiones en la cocina. Pero como el tema tiene su miga, voy a empezar con otra cosa más terrenal: El queso. Sin entrar en ningún detalle, tenemos varios comportamientos en el queso a la hora de darles calor. Hay quesos que no se funden y podemos freir (el queso fresco, el brie) y otros que sí. En este caso vamos a aprovechar que el camembert sí se funde para preparar con él una pasta. Así, a este plato, le llamaremos Pasta con pasta (de camembert).
El otro día tenía a mis padres en casa. No teníamos mucho tiempo porque estábamos cansados y además había que sorprenderles. Muy fácil: en primer lugar puse una buena cacerola llena de agua a hervir. Cuando estuvo lista, incorporé la pasta -una que no sea larga, nada de spaguettis, mejor algo más corto- y, una vez hervida, antes de escurrir el agua, le añadí durante 10 segundos (ni uno más) unas espinacas frescas.
La segunda parte es también muy sencilla: preparar la pasta de camembert. Días antes había comprado uno en caja de madera (no, si viene en cartón no nos sirve) así que, mientras el agua se calentaba, agarré el queso camembert, le quité el papel de dentro y puse la tapa debajo de manera que quedase doble. Al queso, que lo volvimos a poner en la caja, le recortamos con un cuchillo toda la tapa -la corteza blanca- por encima. En esa ventana le pusimos dos dientes de ajo cortados en rodajas muy finas, un chorro de oliva virgen y unas hojas de romero. Y, todo junto, con la caja de madera y todo, lo metimos media hora en el horno a 180 ºC (que claro, mientras operábamos al queso ya estaba calentándose).
Para servir es más sencillo aun: se reparte la pasta en los platos y, a la vista del invitado, se va volcando la caja de madera con el queso fundido sobre cada uno. No os preocupéis: la parte blanca del queso -la corteza- no se funde, mientras que sí lo hace el interior.
Anda, ¡y es vegetariano!
Entre otras cosas quería organizar un festival de comida entre Edimburgo y Granada, pero parece que la cosa va a sufrir algún que otro retraso. Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quería prepararme una charla sobre como juntar la cocina con la química (ahí, que se noten los estudios). En concreto, quería hablar sobre la importancia de las emulsiones en la cocina. Pero como el tema tiene su miga, voy a empezar con otra cosa más terrenal: El queso. Sin entrar en ningún detalle, tenemos varios comportamientos en el queso a la hora de darles calor. Hay quesos que no se funden y podemos freir (el queso fresco, el brie) y otros que sí. En este caso vamos a aprovechar que el camembert sí se funde para preparar con él una pasta. Así, a este plato, le llamaremos Pasta con pasta (de camembert).
El otro día tenía a mis padres en casa. No teníamos mucho tiempo porque estábamos cansados y además había que sorprenderles. Muy fácil: en primer lugar puse una buena cacerola llena de agua a hervir. Cuando estuvo lista, incorporé la pasta -una que no sea larga, nada de spaguettis, mejor algo más corto- y, una vez hervida, antes de escurrir el agua, le añadí durante 10 segundos (ni uno más) unas espinacas frescas.
La segunda parte es también muy sencilla: preparar la pasta de camembert. Días antes había comprado uno en caja de madera (no, si viene en cartón no nos sirve) así que, mientras el agua se calentaba, agarré el queso camembert, le quité el papel de dentro y puse la tapa debajo de manera que quedase doble. Al queso, que lo volvimos a poner en la caja, le recortamos con un cuchillo toda la tapa -la corteza blanca- por encima. En esa ventana le pusimos dos dientes de ajo cortados en rodajas muy finas, un chorro de oliva virgen y unas hojas de romero. Y, todo junto, con la caja de madera y todo, lo metimos media hora en el horno a 180 ºC (que claro, mientras operábamos al queso ya estaba calentándose).
Para servir es más sencillo aun: se reparte la pasta en los platos y, a la vista del invitado, se va volcando la caja de madera con el queso fundido sobre cada uno. No os preocupéis: la parte blanca del queso -la corteza- no se funde, mientras que sí lo hace el interior.
Anda, ¡y es vegetariano!
viernes, 20 de marzo de 2009
popurrí
Para retomar la actividad de esta comunidad de vecinos, muy abandonada últimamente, ya habreis visto que me he permitido la osadía de aprovechar unos deberes de francés y así mato dos pájaros de un tiro. Señor Neikos, ya sé que tenemos traductor en la página, pero a mí eso no me vale. Además Monsier Heredia, que es mi profesor de francés -y el de Susana también-, se va a convertir en lector asiduo a este lugar gracias a ello. Así que ganamos un seguidor y nos hacemos políglotas, ¿qué más queremos?
Desde que no me ven las ollas por este lugar he tenido tiempo de terminar una Memoria por el bien de esta comunidad; estrenar con los payasos un montaje sobre la crisis; y tejer varios proyectos, entre ellos un par de gorretes muy majos en forma de tomate y berenjena. Si quieres te hago uno en forma de puerro, Maculi, que sé que es tu preferido.
Para animar esto un par de cositas...
Un periódico gastronómico, Papeles de Cocina, que sale dos veces al año, con artículos que nos pueden interesar. Sólo tienen cuatro números en la calle, o más bien en internet, pero todos y cada uno de ellos son muy apetecibles, con un diseño exquisito y una selección de temas muy tentadora. Podeis echar un vistazo en el enlace anterior.
Un sitio francés, Marmiton, donde podemos encontrar cantidad de recetas, información sobre ingredientes, consejos y más cosas sobre la cocina. Te puedes registrar y dentro de tu espacio personal puedes guardas tus recetas favoritas. También puedes colgar las tuyas. Existe igualmente la versión en español e italiano, pero no tiene tanta información como la francesa. Es importante saber francés, pero aquí todos los escribidores se manejan parfaitement. Sirve para encontrar recetas rápidamente en momentos de desesperación. Le pones tres o cuatro ingredientes et voilá!
Una librería virtual gastronómica, Derecoquinaria, dónde podemos entontrar una enorme variedad de libros sobre el tema que nos ocupa.
De vez en cuando también le echo un vistazo a la Guía de los Alimentos de la revista de Consumer Eroski.
Para empezar no está mal. Prometo que la próxima vez colgaré fotos de cosas comestibles y que no volveré a abandonar este blog, porque él nunca lo haría.
"El cielo nos envió la buena comida, pero el diablo nos envió a los cocineros"
David Garrick
Desde que no me ven las ollas por este lugar he tenido tiempo de terminar una Memoria por el bien de esta comunidad; estrenar con los payasos un montaje sobre la crisis; y tejer varios proyectos, entre ellos un par de gorretes muy majos en forma de tomate y berenjena. Si quieres te hago uno en forma de puerro, Maculi, que sé que es tu preferido.
Para animar esto un par de cositas...
Un periódico gastronómico, Papeles de Cocina, que sale dos veces al año, con artículos que nos pueden interesar. Sólo tienen cuatro números en la calle, o más bien en internet, pero todos y cada uno de ellos son muy apetecibles, con un diseño exquisito y una selección de temas muy tentadora. Podeis echar un vistazo en el enlace anterior.
Un sitio francés, Marmiton, donde podemos encontrar cantidad de recetas, información sobre ingredientes, consejos y más cosas sobre la cocina. Te puedes registrar y dentro de tu espacio personal puedes guardas tus recetas favoritas. También puedes colgar las tuyas. Existe igualmente la versión en español e italiano, pero no tiene tanta información como la francesa. Es importante saber francés, pero aquí todos los escribidores se manejan parfaitement. Sirve para encontrar recetas rápidamente en momentos de desesperación. Le pones tres o cuatro ingredientes et voilá!
Una librería virtual gastronómica, Derecoquinaria, dónde podemos entontrar una enorme variedad de libros sobre el tema que nos ocupa.
De vez en cuando también le echo un vistazo a la Guía de los Alimentos de la revista de Consumer Eroski.
Para empezar no está mal. Prometo que la próxima vez colgaré fotos de cosas comestibles y que no volveré a abandonar este blog, porque él nunca lo haría.
"El cielo nos envió la buena comida, pero el diablo nos envió a los cocineros"
David Garrick
martes, 17 de marzo de 2009
soupe de chou-fleur aux amandes
(Actualisé avec mes erreurs corrigés. Il y a beaucoup!)
Aujourd'hui je vais faire mes exercices de français en même temps que j'actualise le blog avec une de mes specialités. Demain je corrigerai mes erreurs.
Ingrédients:
- 1 demi chou-fleur
- 1 cube de bouillon de légumes
- 1 poignée d'amandes
- 3 gousses d'ail
- 1 poignée de morceaux de pain
- 1 poivron rouge sec
- de l'huile d'olive
Préparation:
Dans un bol verser de l'eau bouillante sur la poignée d'amandes. Laisser 5 minutes et après les peler.
Laver le chou-fleur et détacher les bouquets. Dans une casserole mettre un litre d'eau, le chou-fleur et le cube de bouillon. Laisser cuire à petit feu 10 minutes.
Mettre au feu 3 cuillerées à soupe d'huile d'olive dans une poêle et frire les trois gousses d'ail pelées. Après le poivron en prenant soin de ne pas le bruler. Après les amandes. À la fin les morceaux de pain. Mettre l'ail, le pain, le poivron et les amandes frites dans le mortier et laisser refroidir plus ou moins 5 minutes. Piler tout les ingrédients du mortier en ajoutant de l'huile d'olive de la poêle.
Verser le mélange dans la casserole et chauffer, si c'est nécessaire, sans laisser bouillir.
Aujourd'hui je vais faire mes exercices de français en même temps que j'actualise le blog avec une de mes specialités. Demain je corrigerai mes erreurs.
Ingrédients:
- 1 demi chou-fleur
- 1 cube de bouillon de légumes
- 1 poignée d'amandes
- 3 gousses d'ail
- 1 poignée de morceaux de pain
- 1 poivron rouge sec
- de l'huile d'olive
Préparation:
Dans un bol verser de l'eau bouillante sur la poignée d'amandes. Laisser 5 minutes et après les peler.
Laver le chou-fleur et détacher les bouquets. Dans une casserole mettre un litre d'eau, le chou-fleur et le cube de bouillon. Laisser cuire à petit feu 10 minutes.
Mettre au feu 3 cuillerées à soupe d'huile d'olive dans une poêle et frire les trois gousses d'ail pelées. Après le poivron en prenant soin de ne pas le bruler. Après les amandes. À la fin les morceaux de pain. Mettre l'ail, le pain, le poivron et les amandes frites dans le mortier et laisser refroidir plus ou moins 5 minutes. Piler tout les ingrédients du mortier en ajoutant de l'huile d'olive de la poêle.
Verser le mélange dans la casserole et chauffer, si c'est nécessaire, sans laisser bouillir.
viernes, 6 de febrero de 2009
risotto con pie azul
No tiene nada que ver con cocinar con los pies gangrenados, al estilo de los que pintan cuadros con esa extremidad. (madre mía, Festival del Humor! y se supone que en una semana estreno con los payasos). Había en el congelador unas setas pie azul que cogimos en otoño, a las que tenía pavor a meterles mano, porque terminamos bastante empachados de limpiarlas y cocinarlas. Con las prisas de última hora del "qué cocino hoy?" saque una fiambrerita para ver qué hacía con ello -oye-. Al final preparé un risotto que salió de chuparse los dedos y me sorprendieron lo tiernas y buenísimas que estaban las setas, después de varios meses en el congelador.
Ingredientes:
- Arroz (mejor del tipo bomba)
- Caldo de verduras (el del ingrediente secreto es el que yo he utilizado)
- Una cebolla
- Un ajo
- Vino blanco
- Setas pie azul (o cualesquiera otras). Las setas estaban cocinadas en su propia agua con un poco de aceite y ajo, durante media hora.
- Queso parmesano (en abundancia)
- Mantequilla (dos cucharadas)
Elaboración:
Se pone el caldo a calentar en un cazo. A parte, en una cazuela alta y de fondo ancho, poner a sofreír la cebolla picada con un poco de aceite, a temperatura media. Al momento se echa el ajo en láminas. Cuando se pongan tiernas las verduras se añade el arroz (dos puñados por persona) y se sube el fuego. Se remueve todo el rato mientras se sofríe el arroz, que se irá poniendo translúcido. Cuando empiece a crepitar podemos añadir el vino blanco (un vaso) sin dejar de remover. Dejamos que se evapore el alhocol y después añadimos un cucharón del caldo, que estará caliente, y un poco de sal. Se baja el fuego y se remueve bien. En este momento se añaden también las setas cocinadas. Consiste en ir vigilando la cazuela y cuando el arroz se está quedando sin caldo se añade otro cucharón. Así hasta que esté hecho y para eso lo mejor es probarlo. Será más o menos en 15-20 minutos. En este momento se retira del fuego y se echa la mantequilla y el queso parmesano rallado. Se remueve con mucho cuidado y se sirve inmediatamente.
El arroz debe quedar meloso y las setas se deshacen en la boca, dándole así el bouquet que diría el hijo de mi hermano, o sea mi sobrino, que tiene una novia que es una cabra, así que mi hermano se ha mosqueado y va a adoptar una paletilla. En fin un lío de familia.
Ingredientes:
- Arroz (mejor del tipo bomba)
- Caldo de verduras (el del ingrediente secreto es el que yo he utilizado)
- Una cebolla
- Un ajo
- Vino blanco
- Setas pie azul (o cualesquiera otras). Las setas estaban cocinadas en su propia agua con un poco de aceite y ajo, durante media hora.
- Queso parmesano (en abundancia)
- Mantequilla (dos cucharadas)
Elaboración:
Se pone el caldo a calentar en un cazo. A parte, en una cazuela alta y de fondo ancho, poner a sofreír la cebolla picada con un poco de aceite, a temperatura media. Al momento se echa el ajo en láminas. Cuando se pongan tiernas las verduras se añade el arroz (dos puñados por persona) y se sube el fuego. Se remueve todo el rato mientras se sofríe el arroz, que se irá poniendo translúcido. Cuando empiece a crepitar podemos añadir el vino blanco (un vaso) sin dejar de remover. Dejamos que se evapore el alhocol y después añadimos un cucharón del caldo, que estará caliente, y un poco de sal. Se baja el fuego y se remueve bien. En este momento se añaden también las setas cocinadas. Consiste en ir vigilando la cazuela y cuando el arroz se está quedando sin caldo se añade otro cucharón. Así hasta que esté hecho y para eso lo mejor es probarlo. Será más o menos en 15-20 minutos. En este momento se retira del fuego y se echa la mantequilla y el queso parmesano rallado. Se remueve con mucho cuidado y se sirve inmediatamente.
El arroz debe quedar meloso y las setas se deshacen en la boca, dándole así el bouquet que diría el hijo de mi hermano, o sea mi sobrino, que tiene una novia que es una cabra, así que mi hermano se ha mosqueado y va a adoptar una paletilla. En fin un lío de familia.
jueves, 22 de enero de 2009
el aliño de la abuela
Tengo que corregir un error que cometí en estas mismas páginas. La reciente visita a la casa de la Manuela me ha hecho saber que el "aliño" no "consiste en ajo, pan, almendras y pimiento rojo seco frito, machacado y guardado en un bote con un poco de aceite" sino que sólo lleva pimiento rojo seco. Gran error el mío y un problema menos para sustituir este ingrediente en las cocinas donde no llegan estos botes infernales (una mancha de aliño no se la recomiendo a nadie).
Muy sencillo de hacer tampoco tiene que ser porque cuándo planteé la posibilidad de que hicieramos un día para reponer mis botes vacíos, mi madre, tía y abuela se echaron las manos a la cabeza -a la vez- y me respondieron: "ni de coña". Así que como la despensa de la Manuela está siempre a reventar, encontré un bote por allí y ya se me ha pasado la ansiedad.
Así que una cucharada de aliño se puede sustituir por medio pimiento rojo seco frito en aceite (mucho cuidado de no quemarlo) y machacado en el mortero cuando esté frío.
Muy sencillo de hacer tampoco tiene que ser porque cuándo planteé la posibilidad de que hicieramos un día para reponer mis botes vacíos, mi madre, tía y abuela se echaron las manos a la cabeza -a la vez- y me respondieron: "ni de coña". Así que como la despensa de la Manuela está siempre a reventar, encontré un bote por allí y ya se me ha pasado la ansiedad.
Así que una cucharada de aliño se puede sustituir por medio pimiento rojo seco frito en aceite (mucho cuidado de no quemarlo) y machacado en el mortero cuando esté frío.
miércoles, 21 de enero de 2009
a plan
domingo, 21 de diciembre de 2008
sopa minestrone
Como dice Jorg-e en su comentario, llevamos una semana entera entrenando al cuerpo para que esté en forma en los próximos días, que amenazan con ser pesadetes para nuestros estómagos. Aunque creo que no sirve de nada. Llevo varios días terminándome los restos de la Lila International Dinner y ya no puedo más. Necesito un descanso. Así que hoy he dicho "una sopita y ya está". Pero como siempre me he acabado liando y he probado a cocinar una sopa minestrone "autentica". Así que he comido una sopaza contundente, en la que también he acabado aprovechando algún resto de la cenaca lila.
Ingredientes:
- Caldo de carne o verduras (parece ser que el mejor es el de jamón, pero yo sólo tenía un resto de caldo de verduras de la susodicha cena)
- Una zanahoria
- Un puerro
- Dos tomates
- Una cebolla roja (imagino que la blanca también vale)
- Col
- Un ajo
- Romero fresco
- Albahaca fresca
- Pasta (los restos de los paquetes valen, trozos de espaguetis, margaritas, pajaritas)
- Queso parmesano
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Primero se escaldan los tomates en agua hirviendo para después quitarles la piel, las semillas y trocearlos. Se pica toda la verdura en juliana y el ajo se corta en láminas. En una olla (de fondo ancho mejor) se sofríe la verdura en un poco de aceite. Aquí está el primer recicle. He utilizado para esto el aceite que le sobró el otro día al gallego del relleno de la empanada. Tenía todo el sabor de su propia verdura además de la carne y el beicon, así que le ha dado un "bouquet" superior. Cuando llevamos cinco minutos pochando la verdura se añade el ajo y el romero picado (una ramita). Se deja cinco minutos más y se añade el tomate. A los dos minutos se echa el caldo (segundo recicle) y se lleva a ebullición. Se deja cocer a fuego lento durante diez minutos. Después se echa la col y se deja 5 minutillos más. Por último se echa la pasta y la albahaca troceada y se deja cocer otros cinco minutos, hasta que se haga la pasta. Se rectifica de sal y se retira del fuego. Se sirve con un chorrito de aceite de oliva por encima y parmesano rallado.
Ingredientes:
- Caldo de carne o verduras (parece ser que el mejor es el de jamón, pero yo sólo tenía un resto de caldo de verduras de la susodicha cena)
- Una zanahoria
- Un puerro
- Dos tomates
- Una cebolla roja (imagino que la blanca también vale)
- Col
- Un ajo
- Romero fresco
- Albahaca fresca
- Pasta (los restos de los paquetes valen, trozos de espaguetis, margaritas, pajaritas)
- Queso parmesano
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Primero se escaldan los tomates en agua hirviendo para después quitarles la piel, las semillas y trocearlos. Se pica toda la verdura en juliana y el ajo se corta en láminas. En una olla (de fondo ancho mejor) se sofríe la verdura en un poco de aceite. Aquí está el primer recicle. He utilizado para esto el aceite que le sobró el otro día al gallego del relleno de la empanada. Tenía todo el sabor de su propia verdura además de la carne y el beicon, así que le ha dado un "bouquet" superior. Cuando llevamos cinco minutos pochando la verdura se añade el ajo y el romero picado (una ramita). Se deja cinco minutos más y se añade el tomate. A los dos minutos se echa el caldo (segundo recicle) y se lleva a ebullición. Se deja cocer a fuego lento durante diez minutos. Después se echa la col y se deja 5 minutillos más. Por último se echa la pasta y la albahaca troceada y se deja cocer otros cinco minutos, hasta que se haga la pasta. Se rectifica de sal y se retira del fuego. Se sirve con un chorrito de aceite de oliva por encima y parmesano rallado.
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