jueves, 26 de marzo de 2009

fideua en el cementerio

Ya no sé que hacer para poner más interesante el blog. Yo no soy nada de películas de terror pero el nombre me parece tan sugerente... El sábado pasado estuvimos comiendo fideua en casa de Inmica, que vive en Cementerio de Santa Escolástica, por eso llamamos a esta comilona Fideua en el Cementerio.

Los presentes (y los que se comieron los restos) pueden decir que me salió buenísima, aunque no me pone nada cocinar para tanta gente. La fideua no es complicada cuando es para pocos, pero estábamos 13 y varios gatos, así que le tuve que echar ganas de sobra, a parte de pescado. Cuando cocinas para muchos al principio empiezas con ganas pero llega un momento en que dices "ya estoy harta" y necesitas que todo se termine. Menos mal que este momento llegó casi al final.

La fideua me la enseñó mi primo David de Barcelona, que es la mar de apañao en la cocina. Yo la hago como él me la enseñó una vez, pero para esto es como para la paella, hay tantas como cocineros. Lo de utilizar el fideo más fino de lo que suele ser habitual me gusta de esta receta porque así se aprecia más el sabor del pescado.

Ingredientes:
- Fideos del nº2 (ni más finos ni más gordos)
- Cebollas (cuatro grandes)
- Caldo de verduras
- Una sepia o dos calamares
- Gambas (medio kilo)
- Mejillones (un kilo)
- Almejas (300 gr)
- Ali-oli


Elaboración:
Se pelan y se pican las cebollas -no demasiado pequeñas- y se sofríen en una sartén con un poco de aceite de oliva. La receta "original" dice que una cebolla por persona pero a mí me parece demasiado, así que le pongo media si somos pocos y a ojímetro cuando hay muchos. Se debe pochar a fuego lento, hasta que quede transparente, y mientras tanto vamos cocinando el pescado.

Ponemos en una cazuela los mejillones (ahora los hay buenísimos) con dos dedos de agua a fuego fuerte, hasta que se abran. Después los separamos de la concha y colamos el agua de los mejillones. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, hacemos las gambas vuelta y vuelta. Las sacamos y las dejamos enfríar un poco, lo justo para poder pelarlas sin quemarnos (que es cuando pillamos la gamba y no gritamos). Después se abren las almejas, echándolas en la misma sartén con un poco de aceite. A continuación sofreímos la sepia, que hemos cortado previamente en trocitos, hasta que suelte el agua.

Las cáscaras y las cabezas de las gambas se trituran con la batidora. La pasta naranja que resulta se cuela con un poco del agua de los mejillones y se echa a la sartén de la cebolla, junto con las gambas peladas, la sepia, los mejillones y las almejas. Se remueve todo con mucho cuidado y ya tenemos el acompañamiento de los fideos.

Por un lado calentamos el caldo de verdura en una olla hasta que hierva. Utilizamos una paella para hacer la fideua. Si no tenemos paella, podemos utilizar una cacerola de fondo ancho y poca altura. Echamos un poco de aceite de oliva -no mucho, como dos cucharadas- y a continuación los fideos para rehogarlos un poco. Cuando empiecen a pillar un color dorado añadimos el "acompañamiento" sin ningún miramiento, el caldo caliente de verdura y mezclamos con una pala de gran envergadura. En 10 minutos lo tenemos cocinado, retiramos del fuego y servimos con cuidado. (Es que me acabo de acordar que mi hermano nos ha mandado rimar todo el rato para practicar un estilo de una cosa que jugamos los jueves, que por cierto nuestro equipo es el último).

Lo mejor es acompañarla de ali-oli, una mayonesa con ajo por la que te multan los polis. Como Inmica tiene porra, la hizo con la gorra. Al principio puede parecer un poco fuerte aunque con la fideua queda de muerte. Nosotros nos chupamos los dedos, y con la sangría del Blete nos pusimos un poco pedo.




La señora anfitriona se curró una ensalada de frutas, que de lo buena que estaba creo alguna disputa. También había bichos a la plancha: langostinos, chipirones y navajas sin revancha. Otro día repetimos, a ver si tenemos suerte y nos la hace mi primo.

lunes, 23 de marzo de 2009

Pasta con pasta

Como bien dice Rotulador "el nunca lo haría". Sé que está fatal abandonar un blog, pero no voy a decir que no lo haré nunca más porque ya me ha pasado unas cuantas veces. La ventaja de este es que, aunque no escriba, sigo cocinando y sacando nuevas ideas. Últimamente me he ido fijando en nuevas ideas de sabores y texturas que, o bien no se me habían ocurrido, o bien no había conseguido. Por ejemplo: los currys me salen ahora estupendos. Por fin he conseguido la famosa textura restaurante hindu de la esquina.

Entre otras cosas quería organizar un festival de comida entre Edimburgo y Granada, pero parece que la cosa va a sufrir algún que otro retraso. Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quería prepararme una charla sobre como juntar la cocina con la química (ahí, que se noten los estudios). En concreto, quería hablar sobre la importancia de las emulsiones en la cocina. Pero como el tema tiene su miga, voy a empezar con otra cosa más terrenal: El queso. Sin entrar en ningún detalle, tenemos varios comportamientos en el queso a la hora de darles calor. Hay quesos que no se funden y podemos freir (el queso fresco, el brie) y otros que sí. En este caso vamos a aprovechar que el camembert sí se funde para preparar con él una pasta. Así, a este plato, le llamaremos Pasta con pasta (de camembert).

El otro día tenía a mis padres en casa. No teníamos mucho tiempo porque estábamos cansados y además había que sorprenderles. Muy fácil: en primer lugar puse una buena cacerola llena de agua a hervir. Cuando estuvo lista, incorporé la pasta -una que no sea larga, nada de spaguettis, mejor algo más corto- y, una vez hervida, antes de escurrir el agua, le añadí durante 10 segundos (ni uno más) unas espinacas frescas.

La segunda parte es también muy sencilla: preparar la pasta de camembert. Días antes había comprado uno en caja de madera (no, si viene en cartón no nos sirve) así que, mientras el agua se calentaba, agarré el queso camembert, le quité el papel de dentro y puse la tapa debajo de manera que quedase doble. Al queso, que lo volvimos a poner en la caja, le recortamos con un cuchillo toda la tapa -la corteza blanca- por encima. En esa ventana le pusimos dos dientes de ajo cortados en rodajas muy finas, un chorro de oliva virgen y unas hojas de romero. Y, todo junto, con la caja de madera y todo, lo metimos media hora en el horno a 180 ºC (que claro, mientras operábamos al queso ya estaba calentándose).

Para servir es más sencillo aun: se reparte la pasta en los platos y, a la vista del invitado, se va volcando la caja de madera con el queso fundido sobre cada uno. No os preocupéis: la parte blanca del queso -la corteza- no se funde, mientras que sí lo hace el interior.

Anda, ¡y es vegetariano!

viernes, 20 de marzo de 2009

popurrí

Para retomar la actividad de esta comunidad de vecinos, muy abandonada últimamente, ya habreis visto que me he permitido la osadía de aprovechar unos deberes de francés y así mato dos pájaros de un tiro. Señor Neikos, ya sé que tenemos traductor en la página, pero a mí eso no me vale. Además Monsier Heredia, que es mi profesor de francés -y el de Susana también-, se va a convertir en lector asiduo a este lugar gracias a ello. Así que ganamos un seguidor y nos hacemos políglotas, ¿qué más queremos?

Desde que no me ven las ollas por este lugar he tenido tiempo de terminar una Memoria por el bien de esta comunidad; estrenar con los payasos un montaje sobre la crisis; y tejer varios proyectos, entre ellos un par de gorretes muy majos en forma de tomate y berenjena. Si quieres te hago uno en forma de puerro, Maculi, que sé que es tu preferido.




Para animar esto un par de cositas...

Un periódico gastronómico, Papeles de Cocina, que sale dos veces al año, con artículos que nos pueden interesar. Sólo tienen cuatro números en la calle, o más bien en internet, pero todos y cada uno de ellos son muy apetecibles, con un diseño exquisito y una selección de temas muy tentadora. Podeis echar un vistazo en el enlace anterior.

Un sitio francés, Marmiton, donde podemos encontrar cantidad de recetas, información sobre ingredientes, consejos y más cosas sobre la cocina. Te puedes registrar y dentro de tu espacio personal puedes guardas tus recetas favoritas. También puedes colgar las tuyas. Existe igualmente la versión en español e italiano, pero no tiene tanta información como la francesa. Es importante saber francés, pero aquí todos los escribidores se manejan parfaitement. Sirve para encontrar recetas rápidamente en momentos de desesperación. Le pones tres o cuatro ingredientes et voilá!

Una librería virtual gastronómica, Derecoquinaria, dónde podemos entontrar una enorme variedad de libros sobre el tema que nos ocupa.

De vez en cuando también le echo un vistazo a la Guía de los Alimentos de la revista de Consumer Eroski.

Para empezar no está mal. Prometo que la próxima vez colgaré fotos de cosas comestibles y que no volveré a abandonar este blog, porque él nunca lo haría.

"El cielo nos envió la buena comida, pero el diablo nos envió a los cocineros"
David Garrick

martes, 17 de marzo de 2009

soupe de chou-fleur aux amandes

(Actualisé avec mes erreurs corrigés. Il y a beaucoup!)

Aujourd'hui je vais faire mes exercices de français en même temps que j'actualise le blog avec une de mes specialités. Demain je corrigerai mes erreurs.

Ingrédients:
- 1 demi chou-fleur
- 1 cube de bouillon de légumes
- 1 poignée d'amandes
- 3 gousses d'ail
- 1 poignée de morceaux de pain
- 1 poivron rouge sec
- de l'huile d'olive

Préparation:
Dans un bol verser de l'eau bouillante sur la poignée d'amandes. Laisser 5 minutes et après les peler.

Laver le chou-fleur et détacher les bouquets. Dans une casserole mettre un litre d'eau, le chou-fleur et le cube de bouillon. Laisser cuire à petit feu 10 minutes.

Mettre au feu 3 cuillerées à soupe d'huile d'olive dans une poêle et frire les trois gousses d'ail pelées. Après le poivron en prenant soin de ne pas le bruler. Après les amandes. À la fin les morceaux de pain. Mettre l'ail, le pain, le poivron et les amandes frites dans le mortier et laisser refroidir plus ou moins 5 minutes. Piler tout les ingrédients du mortier en ajoutant de l'huile d'olive de la poêle.

Verser le mélange dans la casserole et chauffer, si c'est nécessaire, sans laisser bouillir.